Cerca de las tres de la tarde de este martes, una tormenta de agua y viento se abatió sobre localidades del norte provincial provocando destrozos en los arbolados urbanos, desprendimientos de cubiertas de viviendas y fallas en el servicio de la red eléctrica.
Con una sensación térmica que rozaba los 43 grados, a la hora citada nubarrones oscuros comenzaron a cubrir el cielo mientras que tronaban las descargas eléctricas. De inmediato, comenzó llover copiosamente en el área metropolitana Reconquista – Avellaneda, para luego ir atenuándose el chaparrón hasta cesar alrededor de las 17:30.
El fenómeno no estaba pronosticado en ninguno de los servicios meteorológicos, ni el oficial ni los privados y solo se esperaban lloviznas por la noche.
Con especial virulencia, el meteoro tropical azotó a la zona norte de Avellaneda. En esa ciudad, voló techos y derrumbó ejemplares de la flora urbana por la línea de la Ruta 31. Más allá de la intensidad del viento, solo se registraron daños materiales. La casa particular del intendente local, Gonzalo Braidot, ubicada en esa zona, sufrió la voladura de las chapas de una galería. Aunque también las ráfagas se sintieron en la zona céntrica, esto quedó evidenciado en el Arbolito de Navidad que terminó inclinado sobre uno de sus lados.
A media tarde, la Cooperativa de Servicios Públicos, Sociales y Viviendas de Avellaneda Ltda. emitió un parte de prensa en el que informó a los vecinos asociados de la zona rural del distrito que el corte en el suministro de energía eléctrica se debió al “fenómeno climático ocurrido en horas de la tarde” y señaló que “estamos haciendo lo posible, recorriendo las distintas líneas con el objeto que regularizar la situación”.
Debido a ese panorama, la entidad advirtió que “por lo tanto, no tenemos horario de reposición del servicio de energía eléctrica para la zona rural”, y aseguró que “estamos trabajando con todo el personal disponible para solucionar los severos inconvenientes” producidos por el vendaval.
