Sergio Chorolque Sala se definía como “militante kirchnerista y de la Tupac Amaru” en sus redes sociales. Tenía 37 años, un hijo y, según trascendió en publicaciones periodísticas, fuentes vinculadas a la familia indicaron que padecía un cuadro de diabetes y problemas de consumo.
“Nunca la había visto tan profundamente triste. La he visto enojada y triste en otras situaciones, pero nunca así”, dijo sobre Milagro Sala uno de sus abogados, Ariel Ruarte, en diálogo con Página12.
Según los registros públicos, Chorolque Sala trabajaba en la Contaduría de la Provincia de Jujuy desde 2007. En 2018 trascendió que se desempeñaba como asesor en el Concejo Deliberante de la capital provincial. Milagro Sala tiene otra hija, Claudia Elizabeth Chorolque Sala, de 36 años.
En 2017, la justicia jujeña lo imputó en una causa por lavado de dinero contra su madre, en la que se habían secuestrado 12 vehículos. En ese expediente se determinó que Chorolque había comprado siete autos entre 2011 y 2015, todos de contado.
Se trató de dos Fiat Cinquecento, tres camionetas Toyota Hilux, un Fiat Idea y un Fiat Palio, según informó en aquel momento el fiscal Aldo Lozano, que imputó a Chorolque por “encubrimiento agravado por aseguramiento y provecho de bienes de origen ilícito”.
El fiscal entendió que era imposible que el joven pudiera comprar esos bienes con sus ingresos declarados. Chorolque se defendió y, al reconocer que era dueño de un Fiat Cinquecento, dijo que lo había comprado con los “ahorros de sus trabajos en dos radios”.
Esta mañana, en una exposición ante el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en Ginebra, el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla Corti, defendió a Milagro Sala. Sostuvo que la jefa de la Tupac Amaru está detenida “arbitrariamente” en Jujuy.