El lunes pasado, el niño de 8 años internado por una hepatitis fulminante, desmejoró mucho y permanecía en estado crítico. Ante esto, los médicos, que esperaban la donación de un órgano, decidieron estudiar a sus familiares, pero felizmente llegó el hígado y lo pudieron trasplantar. Ahora vienen 24 horas críticas. El chiquito había quedado internado en el Hospital de Niños Zona Norte, el miércoles pasado, por una hepatitis que no corresponde a ninguno de los tipos conocidos.
El helicóptero que aterrizó en la plataforma del Sanatorio Parque alrededor de las 10.45. El órgano fue trasladado en avión hasta Fisherton y de allí lo llevaron al centro de Rosario. El nene fue derivado a la Unidad de Hepatología y Trasplante del Sanatorio de Niños, el único centro autorizado en la región para realizar estas intervenciones. Allí se trasladan pacientes tanto del sector público como de sanatorios y clínicas.
El viernes los especialistas decidieron inscribirlo en el Incucai como un caso de emergencia nacional al no presentar mejoría. Y el lunes el niño empeoró notablemente, tanto que dudaban del trasplante si el órgano se demoraba más. Sin embargo, por la noche se dio la noticia que tanto habían esperado: había disponibilidad de un hígado en La Pampa.
El órgano fue donado por un joven de 18 años que falleció al parecer a raíz de un accidente de tránsito. En apenas 50 minutos, el órgano llegó al aeropuerto Islas Malvinas de Fisherton. Y desde ahí, el helicóptero sanitario lo trasladó hasta el efector de salud, en apenas tres minutos, donde los cirujanos aguardaban para comenzar la cirugía.
“Se implantó uno de los lóbulos del hígado, el 40 por ciento del órgano original por el tamaño”, explicó el titular de la Unidad de Trasplante, y coordinador de todo el operativo, Alejandro Costaguta.
Este martes por la tarde, los médicos cirujanos que realizaron la operación, David Biagiola y Lisandro Bitetti, aseguraron que la cirugía fue “exitosa” y que el nene evolucionaba favorablemente , aunque hay que esperar las primeras 24 horas, que son críticas. Este niño tendrá una nueva posibilidad de vivir y hasta podrá desarrollar una “vida normal”, destacó el médico.
Articulación público -privada
Los profesionales del Sanatorio de Niños remarcaron el trabajo conjunto que se hizo tanto desde el sector público como del privado. “Desde que arrancó el Programa de Trasplante, en 2007, trabajamos en conjunto con el sector púbico. Y en este tiempo, más de la mitad de los pacientes que trasplantamos eran del sector público y nunca tuvimos problemas”, destacó Costaguta, quien también puso de manifiesto que desde el Estado “podrían haber enviado al paciente al Hospital Garrahan (de Buenos Aires), pero prefirieron que se atienda en Rosario”.
“No asustar a la gente”
Por su parte, el jefe de Guardia del Sanatorio de Niños, Aníbal Krivoy subrayó: “No hay que alertarse, pero hay que tomar los recaudos y tener el carné de vacunación completo”. Junto con esto, explicó que los casos de hepatitis fulminantes tienen síntomas muy claros: “los chicos se ponen amarillos (hasta en el blanco de los ojos) y la orina es oscura, además de presentar mucho decaimiento. Si esto no sucede, no es necesario consultar”, recalcó el médico.
Costaguta abundó sobre el tema e indicó que para prevenir la enfermedad, es necesario tener cuidados como el lavado de manos frecuente, utilizar agua segura (de la canilla) y lavar bien los alimentos que se van a consumir crudos, además de contar con el carné de vacunación al día. Por último aclararon que la hepatitis que sufría el pequeño paciente “nada tiene que ver con las vacunas contra el Covid”, como había circulando en algunos sectores.
Fuente: La Capital