Carlos Monzón fue uno de los mejores boxeadores de toda la historia y uno de los más destacados deportistas de la Argentina. Con su estilo paciente y al mismo tiempo contundente, alcanzó la gloria el 7 de noviembre de 1970 cuando noqueó en Roma al campeón mundial, el italiano Nino Benvenutti.
Este viernes se cumplen 27 años de su muerte, ocurrida el 8 de enero de 1995, cuando tenía 52 años y chocó su auto en la ruta 1, en el paraje Los Cerrillos, que une su pueblo natal -San Javier- con la ciudad de Santa Fe.
En ese momento, “Escopeta” se encontraba cumpliendo una pena en prisión después de que en febrero de 1988 fuera encarcelado y luego condenado por la muerte de su mujer, la modelo uruguaya Alicia Muñiz.
Monzón nació el 7 de agosto de 1942 en el barrio La Flecha de San Javier en un hogar humilde y a los 17 años realizó su primer combate en el campo amateur, en el que disputó 87 peleas, con 73 victorias, ocho derrotas y seis empates.
En 1963 se pasó al profesionalismo, donde debutó el 6 de febrero con una victoria por KO, en dos rounds, frente al entrerriano Ramón Montenegro. En el campo rentado disputó 100 peleas, con 87 triunfos (59 KO), tres caídas, nueve igualdades y una pelea sin decisión.
El santafesino tuvo en su rincón a uno de los más notables entrenadores que dio la Argentina, Amílcar Brusa, quien pulió el boxeo primitivo de Monzón para convertirlo en un demoledor de rivales.
“Escopeta” defendió la corona en catorce oportunidades y entre sus derrotados están notables boxeadores como Emile Griffith, Jean Claude Bouttier, José "Mantequilla" Nápoles y Rodrigo Valdez.