Era el expediente Nº 19 de los sobre tablas, y la sesión legislativa estaba recién comenzada. Pero de repente: "Señor presidente, que conste en acta el voto negativo del Bloque PJ", se oyó decir. "Pucha, arrancamos mal…" comentó un cronista por mensaje -hoy la mayoría de los periodistas que siguen el Concejo santafesino lo hacen por la transmisión streaming-. La cosa iba para largo, y desde las bancas los micrófonos empezaban con las estridencias tímbricas, por las voces en alto.
¿Qué había pasado? Un concejal del Pro impulsaba una comunicación expresando la "preocupación" institucional del Cuerpo por la "subejecución" del presupuesto de la provincia en materia de seguridad, en el marco de la Ley de Emergencia en la materia. Y un edil perottista se le plantó. "A ver, hagamos cuarto intermedio para ponernos de acuerdo en el texto definitivo", urgió el presidente del Concejo, Leandro González.
Todo este debate político fue un "rebote" del escándalo ocurrido hace una semana en la Cámara de Diputados, cuando el Ministro de Seguridad, Rubén Rimoldi, concurrió con la secretaría de Coordinación Técnica y Administración Financiera de la cartera, Ana Morel, para rendir cuentas de la ejecución de la ley de Emergencia en Seguridad. Hubo un enredo de números y Morel no supo responder las preguntas de los legisladores de la oposición.
Se hizo el cuarto intermedio, medio a regañadientes de algunos. El texto que se aprobó fue el siguiente: "El Concejo de Santa Fe manifiesta preocupación ante la subejecución de los fondos provenientes de las partidas asignadas en virtud de la Ley de Emergencia en materia de Seguridad". El voto del bloque PJ siguió siendo negativo, "porque nos gusta más estar ocupados que preocupados", justificó el perottista Juan J. Saleme. Él, su par de bloque Jorgelina Mudallel y Federico Fulini (Unidad Ciudadana), dieron la negativa.
La discusión que estaba recién en pañales era la punta del iceberg de la difícil situación de inseguridad que vive la provincia. Y en este sentido, la pregunta que movilizaba era cuánto se ejecutó efectivamente de los fondos por la Ley de Seguridad en la compra de móviles de patrullaje, equipamiento, etcétera, por un total de $3.389.328.500.
Hubo un impasse con Saúl Perman (Mejor), quien habló de un método médico alternativo denominado "paquete depurativo" y "terapia colónica", y narró una experiencia personal al respecto. Pero los ánimos ya estaban cebados con la discusión anterior. "Para que no se quede preocupado el concejal (Sebastián) Mastropaolo, le informo que no hay tal subejecución en los fondos de la Emergencia en Seguridad. Quédese tranquilo, concejal", le sugirió Saleme al edil del Pro.
Todos empezaban a pedir la palabra al presidente pero recogió rápido el guante Mastropaolo. "Si es verdad que se llevan ejecutados sólo $54 millones de los más de $3 mil millones, la verdad que no me da ninguna tranquilidad el concejal preopinante. Yo quisiera saber cómo va a ser esa ejecución, y la verdad que las palabras… Me gustaría si él puede traer al recinto la información para que sepamos dónde se van a aplicar esos dineros, particularmente para la ciudad de Santa Fe", dijo el concejal. Y siguió el barullo político con Saleme.
"Que no sea algo espasmódico"
Pero Hugo Marcucci (UCR-Juntos por el Cambio) hizo una necesaria bajada local, al llano de la ciudad capital. Recordó que el Cuerpo había pedido que se convoque al Consejo de Seguridad Urbana de la ciudad, y que en ese ámbito se discutiera el recambio ministerial, para que hablar cara a cara el nuevo ministro (Grimoldi). "El Consejo de Seguridad debe ser una política sostenida en el tiempo, no un acto espasmódico para atender a alguna coyuntura con impacto en la opinión pública", expresó.
"La seguridad no es algo que pueda seguir esperando, es un problema grave para esta capital. Tiene que haber un plan que hoy carecemos; primero fue (Marcelo) Sain, que espiaba a periodistas, funcionarios, empresarios… Luego (Jorge) Lagna, que estuvo muy poco tiempo; y ahora (Rubén) Grimoldi, que no demuestra autoridad", fustigó. Y dio un dato que mostró la dimensión del problema debatido: "Comparando el 2020 con este 2021, se incrementaron los delitos en la provincia en más del 80%".
En igual línea habló (del mismo bloque) Adriana Molina. "Hay una necesidad concreta: que el Ejecutivo Municipal tenga el rol que corresponde en relación con la seguridad pública. El pedido de convocatoria al Consejo de Seguridad (de Marcucci) era para septiembre. Estamos terminando octubre y nada. Quizás sea bueno que el municipio empiece a ver más el calendario…", chicaneó. En rigor, la última convocatoria fue en marzo, es decir, hace nueve meses.
"Están en adjudicación"
Y a caballo de los datos -claro, hasta ahora pesaban más las chicanas que los guarismos-, la también perottista Jorgelina Mudallel dio precisiones sobre qué se ejecutó en materia de la Emergencia en Seguridad: Aseguró que el monto recepcionado por Nación "es de $54,9 millones; lo que falta ya está en etapa de recepción y adjudicación. Son unos $2.706.000.000 (calculado sobre el total de aquellos 3.300 millones de pesos)".
Desde el oficialismo, Julio "Paco" Garibaldi (PS-FPCyS) rumbeó la discusión más hacia los pros y contras en la historia de gobiernos peronistas y socialistas en la provincia de Santa Fe. Apuntó hacia la nueva Alcaldía en la ciudad que, según el edil, "no resuelve nada", y afinó el lápiz en las plazas carcelarias: según datos propios, del año 1984 a 1996, se crearon cero plazas carcelarias, y del 1997 al 2006, 500. En limpio, durante 24 años de peronismo se construyó la misma cantidad (de plazas para presos) que hizo el Frente Progresista sólo en un año, el 2014″.
Fustigó Garibaldi con lo que denominó la "doctrina Saleme" ("yo no quería hablar de esto, pero voy a hablar, como dice el concejal", lo chicaneó) y del "revisionismo histórico según convenga". El malestar estaba instalado en el recinto y el debate, de momentos muy árido en las expresiones, duró cerca de una hora. Más allá de las palabras y los datos, afuera la gente quiere dejar de vivir con miedo al salir a la calle y encerrada entre rejas y barrotes en sus ventanas y puertas.
Fuente: El Litoral