Por Ricardo Porta.
Obdulio Varela, uno de los orientales protagonista del “Maracanazo”, inspiró a los rojiblancos para escribir para la historia el 26 de abril.
Es que Unión hizo pata ancha en el mítico escenario. Era punto y como nos acostumbró éste Tate, terminó mereciendo el triunfo. Casi se le escapa si no fuera por la estupenda acción del uruguayo Mele que desvió el penal de Fred en la última bola.
En la vida siempre hay una primera vez. El equipo de Munua venía de tres derrotas en fila. Casi se lleva todo: Cara a cara con el arquero y el loco Alvez la tiró afuera. Pero iban segundos del partido y se lo perdió Fluminense también.
El cambio fue radical en el Tate: El síndrome “de visitante” fue olvidado y después del primer cuarto de hora tomó las riendas del partido, estuvo muy cerca de quedarse con el premio mayor.
No puedo encontrar una lógica explicación a actuaciones tan dispares con los mismos protagonistas: Victoria frente a River en el debut y partido en el Maracaná ante Fluminense, en el medio Patronato, San Lorenzo, Sarmiento o Gimnasia. Sinceramente inexplicable.
Gustavo Munua se convirtió en el guía de éste grupo. Mentalizando y planificando los partidos. Se las ingenió para dar batalla con un grupo que está para mitad de tabla. Fue muy inteligente para realizar la rotación para enfrentar la triple competencia.
En el certamen de la LPA cayó al noveno puesto. Quedando lejos de la clasificación. Pero ante el “Flu” cambió la amargura por la esperanza.