Cuando el fútbol del Campeón no aparece, el sabalero puso el carácter, la garra y personalidad para resolver un complicado partido.
En la primera mitad era superado por un rival ordenado y sabiendo lo que buscaba, pero con un raro disparo, contando con la complicidad del experimentado Andújar, Meza logró el primero del partido. Golpeó mucho más de lo que se podía pensar al pincha. A partir de ese gol el local tomó las riendas del partido, hasta que llegó el empate. Excepcional remate del ex rojinegro: Zuqui. La pelota rebotó en los caños, encontrar el cuerpo de Burian e introducirse en la valla. 1 a 1.
Hubo jugadas polémicas que hicieron que se desdibuje la imagen del árbitro del partido.
Primero no cobró un claro penal a Piovi.
Ya muy cuestionado el juez tuvo la mala suerte de decidir, correctamente, a mi entender, dos jugadas protagonizadas por el cafetero Morelo. La primera ingresando al área apareado por un defensor, cayó como consecuencia del mutuo forcejeo, pero no existió intención del defensor pratense.
La otra, cerca del área, disputa la posesión de la pelota con un zaguero visitante, es victima de infracción cuando ya no alcanzaba la pelota. Correctamente le sacó amarilla al rojiblanco por no ser jugada manifiesta de gol.
Personalidad, entrega, lucha y presión fueron las virtudes que expuso el rojinegro para derrotar a un duro adversario.
Pero cuando faltan menos de dos meses para jugar la gran final del 17 de diciembre en Sgo. del Estero, tendrá que trabajar mucho el grupo conducido por Eduardo Domínguez si quiere obtener la Segunda Estrella.
