En el rojiblanco “en el castigo está la penitencia”. O sea, cuando juega armónicamente, sin deslumbrar, pero parejito en todas sus líneas, carece de efectividad en sus hombres de ataque.
Frente a los de Avellaneda, Racing e Independiente por ejemplo, creó situaciones pero por falta de jerarquía y otras por falta de suerte no consiguió meter la pelotita en la valla adversaria.
Fundamentalmente fue en los primeros tiempos y cuando todavía no se había abierto el marcador el equipo de Munúa fue superior, pero sin traducirlo en el resultado. Esto le da posibilidades al rival para que llegando menos, logre sacar las ventajas para terminar llevándose todo.
Pero para mí lo trascendente es el avance, aunque pequeño pero paso adelante al fin, que el Tate
dio en el campo de juego ante distintos rivales. No sólo el triunfo como visitante en Junín, sino también en el Libertadores de América, pasando lo mismo cuando enfrentó como local a Racing.
Son trazos, toques o testimonios clave que demuestran la mano del técnico oriental.
Lo único que me hace ruido es observar y cuestionármelo: Saber ¿Qué méritos hizo BlandI, en la consideración del DT uruguayo, para ser el primer cambio y relegar en el banco a Juanchón García?.
Claro, que jugando así, van a ser más los partidos que se ganen o empaten que los que se pierdan.