El proceso de retiro de subsidios del gobierno nacional no incluye (pese a sus deseos) las ayudas del Estado central para con las zonas más frías. El presidente Javier Milei intentó terminar con esas ayudas en su primera versión de la Ley de Bases. Su plan era derogar la Ley 27.637, de 2021, conocida como Ley de Ampliación del Régimen de Zona Fría. La norma que finalmente se sancionó el pasado 28 de junio no afectó esos beneficios para la calefacción de hogares.
El gobierno nacional presentó en enero de 2024 su intención de reemplazar esa norma con una "canasta básica energética" que la Secretaría de Energía debería haber podido poner en marcha para esta altura del año. Como no hubo avances en esa labor de gestión, ni se derogó la norma señalada, ahora (con facturas que comienzan a parecerse a los costos reales del servicio) será mucho más impactante el efecto de estar o no dentro de los límites de la zona fría.
Más allá de la postergación de la suba de las tarifas de julio en materia de energía (luz y gas) dispuesta por el ministerio de Economía para que no impacte en el índice inflacionario, los aumentos que ya están vigentes se sentirán más porque el consumo de gas en invierno naturalmente crece.
Dos realidades
A la provincia de Santa Fe la Ley 27.637 la quiebra en dos. Y aunque la ciudad de Santa Fe y su entorno, así como las pocas localidades del norte provincial que cuentan con gas natural por redes hayan quedado fuera a esa norma, tres años atrás también la votaron diputados y senadores nacionales por Santa Fe porque en esa norma se logró, al menos, ampliar al sur de la bota la cobertura de los subsidios por zona fría.
Con la norma anterior, sólo la Patagonia y unas pocas subregiones contaban con ayudas del sector público nacional para hacerlas más habitables. Desde hace tres años, en cambio, se extendió prácticamente a la totalidad de las provincias de Buenos Aires, Mendoza y San Luis, así como al sur de Santa Fe y Córdoba. Además, se amplió a los departamentos en el oeste de San Juan, La Rioja, Catamarca, Salta y Jujuy. Significó un cambio enorme porque se sumaron unos
Mientras los valores del servicio seguían bajos, o si se prefiere absurdamente bajos, la cuestión de pertenecer o no a la región pintada de azul era poco relevante. Ahora estar fuera de ella será más doloroso para el bolsillo.
Algunas cifras
Un informe del Observatorio de Servicios Públicos del Conicet y la UBA indica que la factura residencial promedio del gas natural por redes en todo el país muestra una dinámica diferente de la energía eléctrica que crece de manera sostenida. Explica que el gas "entre febrero de 2019 y febrero de 2023, mes de inicio de la segmentación de subsidios, la tarifa residencial para un consumo promedio de gas natural se redujo en términos reales", a pesar de los anuncios oficiales de la gestión anterior y, en parte, de la actual. La baja operó desde entonces hasta marzo de 2024: "hubo una reducción real adicional para todos los niveles", pero "a partir de junio hubo un incremento de los cuadros tarifarios".
En el sexto mes del corriente año, las facturas por un consumo promedio de gas, sin estacionalidad, para los usuarios del Nivel 1 (altos ingresos, sin subsidios), Nivel 2 (bajos) y nivel 3 (medios) aumentaron un 6%, 14% y 11% respecto al mes anterior respectivamente. Por esto, los efectos más importantes se observan con el incremento de las cantidades consumidas debido al pico estacional de invierno (facturas con estacionalidad). Son más metros cúbicos, más caros.
Con los nuevos valores, la factura promedio del país del mes de junio para un usuario N 1, correspondiente a hogares de ingresos altos, es de $49.551 por mes. A su vez, la factura promedio del país para un usuario N 2 (hogares de bajos ingresos) es de $35.308 mientras que la factura promedio del país para un usuario N 3 (hogares de ingresos medios) es de $39.488. Por último, un análisis transversal de facturas promedio muestra que el segmento N 1 paga una factura 40% superior al segmento N2 y 25% mayor al segmento N 3. Esta diferencia se redujo respecto al cuadro tarifario anterior al mes de abril debido al incremento en el cargo fijo. Es decir, en usuarios de bajo consumo el peso de los cargos fijos reduce las diferencias tarifarias entre las facturas de los usuarios en diferentes segmentos de ingresos.
Estos incrementos implican que, en promedio, en el país ante igual confort en el hogar y contemplando estacionalidad del consumo, un usuario N 1 afronta un incremento del 922% respecto al cuadro tarifario vigente en diciembre de 2023 y un aumento del 130% respecto de abril. A su vez, los usuarios N 2 de bajos ingresos y N 3 de ingresos medios enfrentan, en promedio, facturas finales 1.475% y 1.420% más elevadas que las vigentes en el mes de diciembre de 2023 y 173% mayores a las de abril en ambos casos.