“¡No me importa! Si quieren confrontar va a haber confrontación. No tengo esperanzas en que sean algo distinto, pero les doy la oportunidad de sacar Bases y les ofrezco el Pacto de Mayo, que son 10 reglas para una economía sana. Si no, no importa, les veo la cara en las elecciones de 2025″.
De chomba y su clásica campera de cuero negra, muy cómodo y sin apuro, Javier Milei promediaba este lunes una extensísima entrevista con Alejandro Fantino -duró más de tres horas- mientras en Casa Rosada un grupo de diputados del radicalismo terminaba de definir con Nicolás Posse y Guillermo Francos la letra chica del borrador de la Ley de Bases que por estas horas el gobierno prevé enviarle a los gobernadores y a los bloques aliados para avanzar con el tratamiento en comisiones en la Cámara baja, llevar el proyecto al recinto en quince días y aprobarlo antes de que termine el mes.
Es, a priori, la hoja de ruta que se trazaron tanto en la Casa Rosada como en los aliados: los gobernadores están cansados de darle vueltas a una ley que ya fracasó en el verano y que ahora pretenden sancionar para cambiar la página, darle al gobierno su primera herramienta legislativa y, de paso, engrosar los presupuestos provinciales con la negociación de un nuevo paquete fiscal.
A pesar de la estrategia presidencial de confrontación con el sistema político, que tuvo en el reportaje con Fantino un nuevo capítulo y que, según Milei, no es impedimento para la ejecución de sus reformas -”Estoy haciendo el ajuste más grande de la historia y mi popularidad aumenta”, se jactó-, ayer por la tarde, a la misma hora, el gobierno y los bloques colaborativos apuraban las negociaciones e intercambiaban detalles del paquete fiscal que la Casa Rosada buscará aprobar en paralelo a la Ley de Bases. “Una reunión positiva”, aseguró Miguel Ángel Pichetto en el patio interno de la Casa de Gobierno junto a un grupo de legisladores de Hacemos Coalición Federal. En la siguiente tanda, pasadas las 18, se sumaron Rodrigo de Loredo y los diputados de la UCR.
Según trascendió, Francos y Posse -flanqueados por Lisandro Catalán, el viceministro del Interior, y José Rolandi, vicejefe de Gabinete y el encargado de la letra chica del texto- se comprometieron a enviar en estas horas a los gobernadores y a los jefes de bloque el borrador final de la nueva Ley de Bases que naufragó en el verano. E informaron que, de acuerdo a lo que el propio Milei había convalidado el fin de semana, remitirían al Parlamento el paquete fiscal -en paralelo pero por separado- con la restitución de Ganancias bajo el rótulo de “Impuesto a los Ingresos Personales”, para los sueldos formales desde los $1,8 millones, con eje en una progresividad que no licúe aún más los salarios y con un supuesto ajuste mensual por IPC.
Es decir, con una suba significativa del mínimo no imponible. “Sin la tablita de Machinea”, machacaron fuentes del bloque conducido por Pichetto. El gobierno buscaba, en ese sentido, aplacar la resistencia de los gobernadores patagónicos: los del norte y la zona centro son los más colaborativos.
Ayer, fuentes oficiales se mostraron muy confiadas en que, esta vez, la ley tendría un tratamiento positivo en el Congreso. De hecho, como adelantó este medio la semana pasada, la Casa Rosada le pidió a los gobernadores que entregaran en estos días, por escrito, un listado con el nombre de los legisladores que tienen previsto acompañar con su voto el proyecto en cuestión. Para evitar confusiones como la discusión del verano en Diputados en torno a la llamada Ley Ómnibus o el reciente rechazo en el Senado del DNU 70 ideado por Federico Sturzenegger.
En este último caso, con situaciones llamativas como el voto negativo de los dos senadores neuquinos referenciados, directa o indirectamente, en el MPN, que se inclinaron por esa posición horas después de que el gobernador Rolando Figueroa visitara a Francos y a Posse en Casa Rosada.
“No sé si están todos los votos, pero sí los suficientes”, confió anoche un diputado del bloque HCF que participó de la reunión en el Ministerio del Interior. “Hay alguna duda con privatizaciones”, amplió en relación al capítulo que generó algunas rispideces en todos estos meses. Ayer, después de los encuentros, trascendió además que el Ejecutivo podría enviar al Parlamento algunas iniciativas relacionadas con la reforma laboral que incluyó en el DNU 70 objetado por la Justicia. Había sido una propuesta de un sector del PRO.
Más allá de la letra chica, la oposición dialoguista y el gobierno quieren dar por cerrado el capítulo Ley de Bases después de unas larguísimas tratativas que empezaron a comienzos del verano y que todavía no terminaron de cerrarse.
Es un objetivo mayoritario, más allá de la resistencia del peronismo K, atravesado por diversos intereses. Hay un grupo de gobernadores a los que los urge una rápida recomposición de sus finanzas provinciales, alicaídas por el freno en la transferencia de fondos, el recorte en casi todos los programas financiados por nación y la baja de la coparticipación por la caída del consumo. Existe, además, un sector que empuja la estrategia de darle al gobierno “su primera herramienta” parlamentaria para que evite victimizarse y deje de señalarlos como obturadores a este nuevo proceso político encabezado por Milei. Y asoman también los legisladores que buscan congraciarse a gritos con La Libertad Avanza. Uno de ellos, del PRO, encabeza sobradamente el ranking.
En medio de ese abanico de urgencias se sitúa Milei, dueño de la escena y de la agenda pública.
“Estamos gobernando a pesar de la política, no los necesito, puedo llegar al 2025 con la economía creciendo muchísimo, la inflación yendo para abajo. Vamos a hacer una hecatombe en la elección”, abundó el presidente más allá de que, en el último mes, Francos se enfrascó en una negociación a cielo abierto con los gobernadores para que el jefe de Estado pueda tener hacia fin de mes su primera ley en el Congreso.
Ayer, por caso, el mandatario relativizó también el Pacto de Mayo convocado para el próximo 25 de mayo en Córdoba. Sin embargo, fuentes oficiales confirmaron que desde Presidencia ya está bajo análisis la puesta en escena que, de concretarse, la Casa Rosada apunta a desplegar en esa provincia. Con Milei como figura central.
Se trata, en definitiva, de la construcción diaria del relato presidencial: de enfrentamiento con “la casta”, una estrategia que, por ahora, le dio a Milei el suficiente rédito para ejecutar su programa de gobierno.
“Él aceptó ser ministro del Interior de Milei presidente”, se divirtió el mandatario ayer: en gabinete, a Francos lo apodó “palomita” delante del resto de sus colegas, un apodo que suelen festejar Patricia Bullrich y Luis “Toto” Caputo, dos de los “halcones” del equipo de gobierno.
Es que, a pesar del brutal ajuste del déficit y del freno en la actividad económica con el que el presidente intenta bajar la inflación a un dígito; de la licuación de los salarios y las jubilaciones, y de la eliminación de los subsidios, un combo que se le presenta al presidente como una encrucijada clave para los próximos meses de gestión.
Milei insiste en el apoyo popular de sus reformas y en su novedoso sistema de toma de decisiones implementado entre él, la secretaría General de la Presidencia, Karina Milei, y el estratega Santiago Caputo que Mauricio Macri resumió en “él, su hermana y las redes sociales” en su última aparición pública, en Rosario, antes de convertirse en el nuevo presidente del PRO.
A cuatro meses del desembarco en el gobierno, Milei todavía no tuvo el visto bueno para su primer proyecto de ley en el Congreso. En ese contexto de debilidad parlamentaria, el presidente habilitó a su hermana y a sus estrategas a que empezaran a gestionar la personería legal de La Libertad Avanza, la alianza con la que el jefe de Estado llegó a la Presidencia, para robustecer su liderazgo y empoderarse de cara a las elecciones del próximo año.
Milei tiene el 2025 en su cabeza. Lo repite en público y en privado. Dice que tiene “3 mil” iniciativas en mente, en preparación, para después de las elecciones de medio término cuando, según su pronóstico, engrose los bloques de LLA en el Parlamento. “Hoy ganaríamos en primera vuelta”, se regodeó anoche el mandatario. Tiene, al menos, una certeza a su favor: ninguno de los diputados y senadores libertarios renueva su banca porque todos fueron elegidos en la elección del año pasado.
El trabajo está bajo el control de Karina Milei, que supervisa a Eduardo y Martín Menem. En las últimas semanas, La Libertad Avanza obtuvo el aval legal de la Justicia cordobesa. Pero el domingo, la secretaria General movió, por ahora, su ficha más sugerente: desembarcó en la ciudad de Buenos Aires, en el bastión histórico del PRO, en un operativo de afiliación partidaria que tuvo una premeditada escenificación pública para que el sistema político porteño tome nota.
Sirvió, además, para dar un mensaje interno sobre la única jefatura real en LLA. Por caso, ni Oscar Zago, que prestó el MID para la alianza capitalina, ni Ramiro Marra, que hizo lo propio con el Partido Libertario, fueron de la partida. Si participó, por ejemplo, Pilar Ramírez, la nueva jefa del bloque libertario en la Legislatura porteña, una dirigente que reporta sin escalas a la secretaria General.
Los Macri tomaron nota rápidamente. El ex presidente hace rato que no habla, está incómodo con su rol de aliado, y el jefe de Gobierno porteño empezó a impacientarse por la falta de resolución de algunas disputas como la coparticipación y el traslado de los presos de las comisarías porteñas al Servicio Penitenciario Federal.
“Mauricio pasó a ser presidente del PRO, y vamos a empezar a trabajar en la convergencia. Que de cara al 2025 construyamos una expresión liberal todos los que estamos a favor del cambio”, dijo ayer Milei frente a Fantino.
Lo cierto es que los trascendidos en torno al vínculo político entre ambos -no el personal- y esa supuesta convergencia a futuro son cada vez más inciertos, a pesar de que aún falta más de un año para que se empiecen a discutir la integración de las listas legislativas. Macri, en principio, se quejó reiteradamente en privado porque no convocaban a cuadros técnicos del macrismo a la gestión: el ex presidente está inquieto con la conformación del gabinete. Por el contrario, Bullrich, la ministra de Seguridad, enemistada con el ex mandatario, está cada día más mimetizada con Milei y su administración.
Ayer, por caso, se mencionaba como un hecho que Alejo Maxit, presidente de Trenes Argentinos Infraestructura, un funcionario que trabajó en la Anses durante el gobierno de Cambiemos y anteriormente en la administración porteña con Macri como jefe de Gobierno, sería designado al frente de AYSA cuando el consejo de la empresa se reúna el próximo jueves. Avalado por Mauricio González Botto, secretario de Empresas y Sociedades del Estado de la Jefatura de Gabinete. Es decir, por Posse.
Info: Infobae.