Según la fallida ley de Presupuesto nacional 2025, Economía espera recaudar más del 90% de los recursos tributarios en seis grupos: IVA (39,7% del total); Ganancias (28,6%); Créditos y Débitos (impuesto al cheque, 9,3%); DEX: Derechos de Exportación (8,1%) e Importación (3,3%) e Impuesto a los Combustibles Líquidos y al Dióxido de Carbono (4,1%) .
"Según las proyecciones, más de dos tercios de la recaudación de los impuestos considerados se concentrarán en dos impuestos: IVA y Ganancias", detalla un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso, que lleva las firmas de Marcela de Maya y Pedro Velasco.
El dato adquiere particular relevancia a la luz de los anticipos de la administración Milei, que procura una reforma tributaria integral del sistema, que tenga por objeto su simplificación, el incremento de la base de contribuyentes (en un país con 40% de la economía informal) y al mismo tiempo la reducción de la presión fiscal en el corto plazo.
Hay en la lista del complejo laberinto fiscal del país otros veintisiete impuestos, que representarían el 6,9% de la recaudación proyectada, destacándose dentro de este grupo los Impuestos Internos (2,6% del total).
Según pasan los años
"El peso de estos seis impuestos en la recaudación nacional total (excluyendo Seguridad Social) se ha mantenido consistentemente por encima del 90%, al menos desde el año 2004, con las excepciones puntuales de 2016 (por la incidencia del régimen de regularización de activos), 2020 (por la distorsión introducida por la pandemia de COVID-19) y 2023 (principalmente por la ampliación del Impuesto PAIS, entre otros factores).
Señala la OPC que "a lo largo del período 2004-2023, el IVA fue el impuesto de mayor incidencia en la recaudación, seguido por Ganancias. El impuesto a los Créditos y Débitos se ubicó entre los puestos 3 y 4, y Derechos de Exportación entre los puestos 3 y 7 (este último en 2017). Combustibles osciló entre el puesto 4 y el 9 (en este último caso en el año 2023, producto de la falta de actualización de las sumas fijas).
Los Derechos de Importación se ubicaron entre los puestos 5 y 8 (con esta fuerte caída en 2020, por la retracción del comercio internacional durante la pandemia). Esto indica que la concentración proyectada para 2025 ha sido la norma en la estructura tributaria argentina de los últimos 20 años, más allá de los cambios legislativos y del contexto macroeconómico.
¿Cómo se reparten los recursos?
El IVA es 100% coparticipable y Ganancias es 89% coparticipable (este último con grandes modificaciones desde 2017, producto de la eliminación del Fondo del Conurbano Bonaerense), ya que tiene una asignación específica del 11% destinada al financiamiento del sistema de la seguridad social antes del reparto Nación-Provincias.
El reporte de la OPC especifica que "el monto de recaudación de los seis grandes impuestos pasó a formar casi en un 70% de la masa coparticipable. Eso significa que la "simplificación" del esquema con la baja de la presión, deberá contar con un complejo acuerdo legislativo y de los gobernadores.
Para tener una escala de la magnitud del objetivo, cabe recordar que hoy la coparticipación automática suma 65% de los recursos tributarios de Santa Fe. Del resto -los impuestos provinciales- el 85% son Ingresos Brutos, uno de los más distorsivos del sistema económico, al que la administración Milei apunta a "eliminar", lo que sumará complejidades al tratamiento legislativo de la oferta que ponga sobre la mesa a los distritos subnacionales.
Fuera de los seis gravámenes que más recaudan, del resto de los impuestos, menos de un tercio integra la masa coparticipable; en esa lista . En el resto de los impuestos hay una mayor participación del resto de la Administración Central, los organismos descentralizados, los fondos fiduciarios y del Fondo Especial del Tabaco, que se destina a provincias productoras de tabaco y a financiar políticas destinadas a la producción tabacalera.
¿Más poder al Amba?
"Le devolverá a las provincias la autonomía impositiva que nunca debieron haber perdido. Así, el año próximo veremos una verdadera competencia fiscal entre las provincias argentinas para ver quién atrae más inversiones", dijo Milei cuando anticipó -sin detalles- la reforma tributaria a mediados de Diciembre. Desde Economía se apresuraron en anticipar que el proyecto está en "etapa preliminar".
¿Qué significaría devolverle las competencias a las provincias? El Gobierno central podría restituir a los estados subnacionales las potestades tributarias originarias, para que cada una cobre los impuestos y los coparticipe a la Nación; en la teoría "libertaria", se generaría una competencia a la baja de provincias que se disputarían la radicación de empresas.
Un esquema así podría beneficiar especialmente a CABA, provincia de Buenos Aires y distritos como Córdoba y Santa Fe. Expondría a las "provincias pobres" para que procuren su propia productividad y eliminaría el calcificado problema de la reforma de la coparticipación, ordenada en la Constitución del ’94 con un armado institucional imposible.
Pero -como advierten desde el ministerio de Economía de Santa Fe- ese es un esquema que difiere de lo que adelantó Gubermann, y que por lo demás concentraría poder recaudatorio en el Amba (las principales empresas -por más que operen en todo el país, están radicadas allí) y arrastraría una suerte de "anarquía" sobre las jurisdicciones y sus cuotas parte. Fue la razón por la que en los ’30 se centralizó la recaudación.
La "mochila" al Iva
Carlos Gubermann, secretario de Hacienda de la Nación, apenas "esbozó" ante los ministros de Economía de provincias cuál sería el esquema de simplificación fiscal. El gobierno aspira a que la formalización de la econoía en negro y el crecimiento del PBI, las "arcas" puedan financiar una baja de la presión fiscal, incluyendo el principal recurso de las provincias: Ingresos Brutos. Allí incluyó la idea de que una parte del Iva (una "mochila" sobre impuesto nacional) reemplace al distorsivo gravámen de las provincias.