El Banco Nación será el que marque el precio de arranque. El Central deberá acumular USD 4.000 millones de reservas netas hasta fin de año, más allá del desembolso del Fondo.
Lo mejor de los anuncios realizados por el Gobierno el viernes, de la mano del nuevo acuerdo con el FMI, fue la estrategia de marketing digna de un caso de estudio: Fin del Cepo. El propio reporte del staff report del organismo aclara que en realidad se va hacia un régimen de mayor flexibilidad cambiaria, que más adelante desembocará en un esquema de flotación mucho más libre para el tipo de cambio.
Anunciar el fin del cepo, sin embargo, ayudó a dejar en un segundo plano la decisión de abandonar el esquema de ajuste de 1% del tipo de cambio oficial, que había arrancado hace un mes y medio. Con el diario del lunes es evidente que aquella decisión resultó equivocada.
Reducir el ritmo de suba del tipo de cambio en febrero provocó dos efectos indeseados. Por un lado aumentó los temores de una devaluación, lo que hizo crecer la brecha cambiaria a más del 25%. Pero además no sirvió para contener la inflación, que en marzo pegó un fuerte salto al 3,7%, dejando en claro que el ancla cambiaria no consiguió los resultados esperados.
A qué precio
La gran expectativa del esquema que arranca mañana está puesta en la cotización del nuevo dólar. Ya no es el “oficial” que el BCRA se compromete a mantener, tal como venía ocurriendo desde la reinstalación del cepo cambiario en octubre de 2019. Ahora la cotización se ubicará entre la banda estipulada de 1.000 a 1.400 pesos.
El objetivo del FMI es que el tipo de cambio encuentre algo parecido a un “equilibrio de mercado”, es decir a un precio que surja de la libre oferta y demanda de dólares. Claramente ese equilibrio no eran los $1.070 del tipo del ahora viejo tipo de cambio oficial. A ese valor, el Central se cansó de perder reservas en los últimos dos meses.
La expectativa de los inversores es que con el transcurso de los días ese nuevo se ubique en la zona de $1.200 a $1.300, lo que implicaría un salto cambiario cercano de entre 12% y 15% respecto a los valores previos.
Los dólares financieros operaron mucho más arriba en las últimas semanas, en niveles de $1.350 promedio. Sin embargo, hay razones para esperar una apreciación desde del peso desde estos niveles. La expectativa previa a los anuncios del viernes generó un fuerte rebote de acciones y bonos argentinos. Y la apertura de mañana seria todavía mejor, lo que debería estar acompañado de una disminución del dólar.
Pero además el flujo de divisas en los próximos dos meses debería ser muy favorable. Los importadores apuraron las compras para aprovechar el tipo de cambio oficial y adelantaron todo lo que pudieron. Los exportadores, en cambio, optaron por no liquidar a la espera de un mejor tipo de cambio. Con la señal de una mejor cotización, es muy razonable pensar que apurarán ventas en las próximas semanas. Por otra parte, la cosecha de soja nueva se demoró por las inundaciones del verano, pero todavía hay stock de la campaña 2024/25.