“Comenzó la construcción de 192 viviendas en barrio Transporte”, tituló El Litoral el lunes 2 de octubre del año pasado. “Los trabajos se despliegan en dos manzanas con una inversión de $2.860 millones. Se levantarán unidades de uno y dos dormitorios con 45 y 65 metros cuadrados, respectivamente”, continuaba la noticia. Sin embargo hoy hay que decir que aquello que se anunciaba con “bombos y platillos” quedó en la nada.
Las dos manzanas ubicadas entre 9 de Julio, D. Matheu, M. de Azcuénaga y 4 de Enero, que habían sido alambradas para la obra, tienen adentro los cimientos, las estructuras de hierro, algunas columnas y una loza de lo que iban a ser las viviendas. Alrededor se levantan los yuyos. Quedaron los carteles de obra y un galpón con un guardia privado que intenta cuidar que no se roben los pocos materiales que dejaron. El resto se lo llevaron las empresas constructoras que ejecutaban la obra. En el barrio reina el frío silencio y la incertidumbre del vecindario. “No sabemos nada, hace unos meses que no aparece nadie acá, quedó todo así como lo ve”, dice Florencia, una vecina que barre la vereda y le cuenta a El Litoral sobre el tema.
Una historia de usurpación y la respuesta del Estado
La construcción de las viviendas en terrenos que durante el 2020 habían sido usurpado por unas 50 familias en barrio Transporte de la ciudad de Santa Fe, es un proyecto que en su momento -durante la gestión anterior- fue presentado como un “modelo” e involucró a los tres niveles del Estado.
Las áreas de Promoción Comunitaria y Acción Social de la Provincia y la Municipalidad se ocuparon primero de atender la demanda de los usurpadores de los terrenos y de los vecinos históricos del lugar, con la intervención y asistencia en paralelo de la Justicia.
Luego Infraestructura de la Provincia gestionó ante la Nación la concreción del proyecto de construcción de las viviendas. Así se buscó dar solución al problema habitacional dándole uso al suelo ocioso y evitar además una nueva usurpación.
En marzo del 2022 el gobierno provincial anunció que en el marco del programa Procrear II, junto al Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat de la Nación, se iban a construir las viviendas. La licitación se llevó a cabo en septiembre de ese año y se adjudicó la obra. Más tarde comenzó la construcción de la plateas de hormigón armado, realizando el armado de hierros y el colado del hormigón. Todo estaba encaminado. Pero en diciembre pasado cambió el gobierno en sus tres niveles y el nuevo presidente, Javier Milei, paralizó todas las obras públicas que la Nación ejecutaba en el país. Ergo, al igual que el resto, la obra quedó paralizada.
Las viviendas
El desarrollo urbanístico Procrear demandaba una inversión económica de $2.860.037.390, a plata del año pasado. Se levantarían 192 viviendas, con un total de 16.213,76 m2 de superficie. Eran unidades de uno y dos dormitorios, de 45 y 65 m2, de tipología multifamiliar y también para personas con movilidad reducida. Los trabajos eran ejecutados por la UTE Mundo SA. y Capitel SA., en los sectores 1 y 2, y Pirámide S.A. en los sectores 3 y 4. La fecha de terminación prevista era para el mes de octubre de este año, con 14 meses de trabajos.
La obra contemplaba el desarrollo de la totalidad de la infraestructura para el predio, como el pavimento, la iluminación LED, la red eléctrica, agua y cloacas, y la infraestructura urbana para el entorno. Sin embargo quedó en pausa. Y las calles de alrededor siguen siendo de tierra.
El tendal
Esta obra de viviendas construidas por el Estado no es la única paralizada en Santa Fe. Se le suman otras viviendas que se levantaban en barrio La Florida, más las de Siete Jefes, las de Esmeralda y las del Parque Federal. La lista continúa con otras obras públicas paralizadas por la Nación, como el Paseo de la Costanera.
El Litoral quiso saber cuál es técnicamente el estado de situación de la obra de viviendas de barrio Transporte. Desde el gobierno provincial actual dicen que la obra depende de Nación. Por su parte, el gobierno nacional ya dijo que lo avanzará con las obras públicas que estaban en marcha. Fuentes consultadas del gobierno provincial anterior indican que habían entregado la obra en un avance menor al 15 por ciento. Y se lamentan por la triste realidad en la que quedó el proyecto.
Lo que resta es saber si alguna vez se terminarán de construir las viviendas y quién las ejecutará, para que los terrenos que quedaron con la obra recién iniciada no vuelvan a ser usurpados.
Con información de El Litoral