A partir del siniestro vial ocurrido el domingo en la Costanera santafesina, que dejó un saldo de dos personas fallecidas, desde el municipio se indicó que están estudiando alternativas para reducir la velocidad en la avenida Almirante Brown, como el "paso peatón". Al respecto, Marcelo Duquez, especialista en seguridad vial, explicó a El Litoral qué alternativas existen y habló sobre su eficacia.
Lo primero que señaló es que su denominación técnica es "dispositivo para la administración y gestión del tránsito". Aseguró que "son variados" y los caracterizó como "intervenciones económicas, de bajo costo, fáciles de colocar y, en algunos casos, lindas a la vista porque se integran al entorno y al mobiliario urbano. Y lo principal es que actúan sobre la conducta de los conductores casi sin que nos demos cuenta".
En la enumeración, mencionó algunas de estas intervenciones posibles: "Manda peatón, almohadas, achicamientos de calzada, zigzags de demarcación". De varios de ellos, "como las llamadas almohadas, no tenemos ejemplos acá, porque no se utilizan. Algo se intentó hacer en bulevar Muttis, frente a la Dirección de Vialidad, pero está todo desarmado y quedó algo intermedio", aseguró.
Los manda peatones son elevaciones del pavimento anchos, para que el paso sea seguro y cómodo tanto para peatones como para conductores, que deben disminuir la velocidad para subir y pasar. En Santa Fe, hay ejemplos en bulevar Gálvez -en su intersección con algunas calles y siguiendo la altura del cantero central-, también en el ingreso y salida al Puente Colgante, y otros en avenida Galicia.
"Es una de las medidas que creemos puede funcionar para la Costanera, que es una zona muy peatonalizada en algunos días y horarios: hacer manda peatones. A esto hay que estudiarlo bien y planificar. Y acá viene mi preocupación: que se salga en caliente a hacerlos rápido y mal", advirtió el especialista, quien además indicó que "no hay que olvidar que requieren de mantenimiento".
Pros y contras
Duquez, quien fue docente por 14 años en la Escuela de Vialidad Nacional y también ocupó en alguna oportunidad el cargo de subsecretario de Gestión de la Movilidad municipal, consideró que todos estos dispositivos -a los que sumó los radares-, tienen "sus pros y sus contras; es decir, benefician a algunos pero también perjudican a otros como, por ejemplo, al transporte público de pasajeros, al paso de las ambulancias y de los bomberos".
Aportó que, junto a ingenieros civiles del Cetram-UTN, propusieron hace 12 y 15 años hacer un gran manda peatón frente a esa facultad, ubicada en la Costanera. "Eso nunca se concretó", adujo. Y añadió que, a su entender, otro lugar donde debería colocarse este dispositivo de gestión del tránsito es frente a la Iglesia de Guadalupe, "dado que hay algunos días y horarios en que es una calle muy peatonalizada".
Críticas y radares
El especialista consideró que "seguramente una vez que se hagan intervenciones en la Costanera van a venir críticas". Y al respecto, recordó una anécdota: "Hablando en alguna oportunidad con Jordi Borja (geógrafo urbanista español), que hizo la mayoría de las modificaciones en Barcelona, me decía que había comerciantes que lo amenazaban de muerte, porque creían que esos cambios los iban a perjudicar. Sin embargo, ellos siguieron adelante y con el transcurso del tiempo, él contaba que esos mismos comerciantes le agradecían y le reconocían que habían estado equivocados".
"Acá pareciera que siempre nos falta un pasito más", cuestionó, con relación al urbanismo y la seguridad vial en la ciudad de Santa Fe. "A mí me hubiera gustado que la Plaza 25 de Mayo fuera todo un solar peatonal donde esté prohibida la circulación de vehículos. Se alzaron voces en contra y no sucedió", indicó.
Consultado sobre si los radares, que en la avenida de la Costanera están instalados en algunos tramos con una velocidad máxima permitida de 50 km/h, disuaden de bajar la velocidad, Duquez consideró: "La mayoría de los vehículos baja la velocidad. Pero el radar tiene una contra muy importante y es que no evita que vayas a 200 km/h si se te antoja, si querés pagar la multa o si tapás la patente para correr picadas. El manda peatón sí lo evita, porque si vas a esa velocidad es más probable que volés con el vehículo".
"La problemática de los accidentes tiene su dinámica, porque si se ataca en un lugar, seguramente se va a dar en otro lado y por otras causas totalmente distintas. Y entonces habrá que correr para ese otro lado", adujo el estudioso del tema desde hace 30 años.
Nuevas teorías en seguridad vial
El especialista indicó que en materia de seguridad vial hay nuevas teorías superadoras a las de los años ’90 que hacían hincapié en las normas y señales de tránsito. "Estas son sólo para adultos conductores de vehículos automotores. En el mundo hoy ya se han dejado absolutamente de lado las clases de educación vial para los chicos y los países avanzados dan educación para el transeúnte", destacó.
"Se trata de una educación que tiene que ver más con lo social, con la convivencia en la calle, en la vía pública. La vía pública era ese lugar de encuentro de los seres humanos, para comerciar, para enamorarnos, para pasar un momento agradable. Y hoy gracias al automóvil particular, dejó de ser ese espacio para convertirse en un lugar sucio, ruidoso, del cual uno trata de huir lo antes posible para meterse en el mundo privado. Todas estas cuestiones tienen que ver con entender la problemática como una cuestión de conducta", reflexionó.
"Con propagandas que proponen ‘usá casco, te lo vamos a decir de todas maneras’, yo me río porque cuando una persona decide no usar el casco o pasar en un semáforo en rojo, hay razones mucho más profundas del comportamiento del ser humano que no son modificables con una sola leyenda. Es decir, no modifican conductas. Es difícil encontrar sociedades que sean ordenadas en la vía pública y desordenadas en la vida social. Habitualmente las sociedades que son ordenadas, por ejemplo, en las canchas de fútbol, son ordenadas en el tránsito. Acá somos bastante complejos en todos los ámbitos, y por eso se ve tanta violencia en la vía pública", destacó Duquez.
-¿Entonces no hagamos nada a nivel de campañas de concientización, porque vivimos en sociedades anómicas como la nuestra?
-No, no significa eso. Al contrario, significa que tenemos que doblegar el esfuerzo, considerando esta sociedad que tenemos y cuestiones como, por ejemplo, el alcohol. Nosotros somos una sociedad que toma mucho alcohol y eso no es un problema de seguridad vial, sino de salud pública. Hay gente que consume drogas y encima hay algunos que manejan drogados. No hay herramientas desde la seguridad vial, no le podemos salir con una norma o poniéndole un cartelito o mandándole un mensaje por televisión. Entonces, la problemática hay que abordarla desde un montón de lados. Hasta desde lo cultural. ¿Por qué? Porque si tenés una gran aglomeración de gente los domingos en la Costanera, podés tentar a la gente, con propuestas culturales, a que se vaya a otro lado como el Parque Garay o el Parque del Sur, y descomprimís el otro. Entonces, la problemática de la movilidad tiene muchas aristas que hay que atacarlas desde un montón de lados. El problema es que lo estamos atacando desde un solo lado: la seguridad vial, y no alcanza.
Con información de El Litoral