Este lunes se realizaron los alegatos de apertura contra el guardia de seguridad Juan Manuel Ruffino y el relacionista público Andrés Federico Kaipl. Ambos están acusados de haber sido partícipes principales del intento de robo devenido en homicidio del agenciero de turismo Hugo Oldani, herido de muerte el 11 de febrero de 2020 en su local comercial del microcentro santafesino.
Los planteos de los querellantes Agustín Márquez y Ramiro Díaz Duarte, representantes de la viuda y la hija de Oldani, estuvieron en la misma línea que los de la acusación, mientras que las defensas cuestionaron duramente la investigación. Tanto el abogado particular. Gustavo Abraham -por Kaipl- como el defensor público Sebastián Amadeo -por Ruffino- solicitaron la absolución de sus pupilos, así sea bajo la aplicación del beneficio de la duda.
Hugo Oldani falleció la noche del martes 11 de febrero de 2020. Horas antes, cerca de las 18, fue abordado por una pareja y recibió un disparo letal en el abdomen. Al comenzar sus alegatos, la fiscalía expuso su teoría del caso y prometió probar, a lo largo del juicio, cómo sucedieron los hechos.
Esa tarde, "Juan Manuel Ruffino, Cristian Bruno Figueroa (quien se suicidó en prisión), Agustina Gonzalez (condenada por la Justicia de Menores), y Brian Nahuel Damiani (condenado a 12 años de prisión como partícipe secundario del crimen), arribaron a inmediaciones de la Galería Rivadavia a bordo del Toyota Corolla blanco polarizado de Ruffino", señaló el fiscal Iglesias.
Descendieron todos excepto el chofer, e ingresaron por la puerta de La Rioja al 2441. Damiani hizo de campana en el hall de la galería, Figueroa y González tocaron el timbre de los locales 29 y 30 donde funcionaba Turismo Oldani, y fueron recibidos por el dueño. Fue entonces que "Figueroa lo amenazó con un arma e intentó sustraerle efectos de valor", Oldani "se resistió y procuró retenerlos".
"A los fines de lograr la impunidad, Figueroa le efectuó un disparo con la pistola 9 mm en el abdomen", tras lo cual "los tres salieron corriendo, subieron al automóvil de Ruffino y huyeron del lugar". El chofer de la banda los trasladó hasta el domicilio de un allegado, ubicado en Monseñor Rodríguez al 7500, "colocándolos a resguardo hasta que, momentos después, arribó Kaipl a bordo de su Fiat Palio Fire", y se llevó a Damiani.
En cuanto a la participación del relacionista público, la fiscalía explicó que "Andresito" Kaipl trasladó la mañana del crimen a Ruffino, Figueroa y Damiani hasta el centro de Santa Fe, "donde un masculino de identidad desconocida les brindó información sustancial y decisiva para ejecutar el hecho, tal como ser la ubicación del lugar, determinadas características de la víctima, horarios en los que Oldani se encontraba solo, una persona a quien invocar para ganar su confianza, la operación a realizar, e incluso la ubicación de la caja fuerte".
Luego, "Kaipl fue a la Galería Rivadavia para filmar y/o tomar fotos, a fines de mostrar al resto de la banda dónde cometer el hecho". Y durante el crimen, "concurrió a las adyacencias del lugar junto al datero no identificado, siguiendo continuamente el trayecto del Corolla de Ruffino, desempeñando un rol de apoyo respecto del plan y de eventual ayuda para trasladar dinero y/o sustraer efectos".
Las acciones desplegadas por Ruffino y Kaipl fueron "esenciales para el desarrollo del plan criminal". A lo largo del debate, a través de las declaraciones y múltiples testigos y la reproducción de los videos de las cámaras de seguridad y el contenido de teléfonos celulares, la fiscalía pretende probar que ambos fueron partícipes principales de los dos delitos por los que fueron acusados: el "homicidio calificado por el empleo de arma de fuego y criminis causa (para lograr la impunidad)" y la "tentativa de robo calificado por el empleo de arma de fuego y por haber sido cometido en poblado y en banda".
Por esto, solicitaron la única condena posible: prisión perpetua. La querella adhirió a los planteos de la fiscalía y también solicitó la imposición de la pena máxima.