(Desde Tel Aviv, Israel) Israel ya decidió atacar a Irán, pero debate los blancos a destruir por sus resultados geopolíticos y económicas. Benjamín Netanyahu quiere golpear a Teherán para forzar un cambio en el tablero regional, y a la vez asume los efectos de una ofensiva que puede desestabilizar la economía global y causar consecuencias políticas en Estados Unidos, a un mes exacto de sus elecciones presidenciales.
El Consejo de Seguridad de Israel recomendó una ofensiva aérea contra el sistema de desarrollo nuclear de Irán o su infraestructura petrolera. Son blancos estratégicos que implican consecuencias en la región y en la economía global, así como un nivel de preparación y de inteligencia previa que no dependen únicamente de la decisión israelí.
Biden ya rechazó la posibilidad de avanzar sobre las instalaciones nucleares, y ayer en DC cuestionó la asignación de la infraestructura petrolera de Irán como blanco a destruir.