El Vaticano ha iniciado una investigación para aclarar el caso de un ex funcionario de la Iglesia Católica en Estados Unidos, quien autorizó transferencias millonarias desde la oficina de recaudación de fondos misioneros hacia una organización benéfica y un fondo de inversión privado de su propiedad. Según fuentes cercanas a la investigación, al menos 17 millones de dólares fueron desviados de los recursos y donaciones destinados a las iniciativas de la Iglesia en países en desarrollo.
El ex director de las Sociedades de Misiones Pontificias en Estados Unidos (TPMS-US), el reverendo Andrew Small, llevó a cabo las transferencias poco antes de completar su mandato de 10 años en la organización. El dinero fue transferido a una organización neoyorquina sin fines de lucro llamada Missio Corp., así como al fondo privado de inversión MISIF LLC, creado por Small y aún bajo su gestión.
Las transferencias fueron aprobadas por la junta de TPMS-US, pero se desconoce si la junta tenía conocimiento completo de los detalles y de la opinión del Vaticano sobre estas iniciativas. Algunos representantes de TPMS-US expresaron su preocupación por el hecho de que los fondos recaudados en nombre del Papa para organizaciones benéficas y proyectos aprobados por el Vaticano en África, Asia y América Latina se hayan desviado temporalmente debido a estas transferencias.
Necesidad de recursos
El reverendo Small ha defendido las transferencias de dinero, asegurando que estaban autorizadas y eran beneficiosas para la Iglesia y para TPMS-US. Presentó cartas de agradecimiento de obispos y monjas en África que se beneficiaron de los préstamos de bajo interés de Missio Corp., así como el respaldo de dos cardenales del Vaticano a sus iniciativas de inversión de impacto.
No obstante, las transferencias han generado preocupación sobre la intención de los donantes y la posible violación de normas contables. Además, la relación entre TPMS-US y Missio Corp., ambas dirigidas por el reverendo Small, ha sido cuestionada por expertos en derecho y ética, quienes consideran que estas relaciones solapadas requieren un mayor escrutinio.
La nueva dirección de TPMS-US, encabezada por monseñor Kieran Harrington, ha contratado a una firma legal para investigar el asunto. Aunque la junta anterior aprobó las transferencias, la nueva junta, conformada por representantes de mayor rango y supervisión vaticana, está evaluando las estructuras de gobernanza de TPMS y recomendando nuevos estatutos y regulaciones.
En respuesta a la solicitud de TPMS-US de devolver la inversión de 10,2 millones de dólares en MISIF, Missio Corp. ha rechazado la petición. El futuro de la recuperación de estos fondos aún es incierto, según la declaración financiera auditada de TPMS-US.
La investigación del Vaticano busca arrojar luz sobre este caso de transferencias millonarias y garantizar la transparencia y la correcta gestión de los recursos destinados a las obras benéficas de la Iglesia Católica.
Fuente: El Litoral