En la provincia de Santa Fe, el Ministerio de Salud alertó sobre la incidencia de casos de escorpionismo, un fenómeno que representa aproximadamente el 85% de los envenenamientos por animales ponzoñosos en la región. Estos hechos se manifiestan principalmente entre los meses más cálidos del año, de octubre a abril.
Los datos recopilados hasta la fecha indican que el accidente con escorpiones ocurre con mayor frecuencia en áreas urbanas, especialmente dentro y alrededor de los hogares, afectando principalmente a niños de ambos sexos. La picadura de estos arácnidos puede generar cuadros clínicos potencialmente graves y, en casos extremos, letales, sobre todo en niños menores de 10 años.
En un reciente informe proporcionado por la Dirección de Promoción y Prevención de la Salud del Ministerio de Salud de la Provincia de Santa Fe, se detalla la distribución de casos notificados por departamentos y localidades. En lo que va del año 2024, se registraron 159 casos confirmados y sospechosos de escorpionismo, con mayor incidencia en áreas como Castellanos, Rafaela, La Capital y Santo Tomé.
El Dr. Santiago Suasnábar, pediatra y miembro de la Sociedad Argentina de Pediatría, contó a El Litoral que “en promedio alrededor de 300 niños ingresan a la guardia del hospital cada año debido a picaduras de escorpión”. Destacó además que “la especie predominante en la región es el Titius carriloy, un pariente cercano del Titius trivitatus que se encuentra en Paraguay y el sur de Brasil”.
El médico señaló que “la incidencia de picaduras comienza a aumentar en primavera, alcanzando su pico durante los meses de diciembre y enero, con alrededor de 100 consultas mensuales”. Aunque la mayoría de los pacientes presentan síntomas locales, Suasnábar enfatizó que “los niños menores de 10 años son más propensos a experimentar signos y síntomas sistémicos y graves”.
Qué síntomas presentan
Los síntomas comunes de una picadura de escorpión incluyen un dolor local intenso y quemante en el sitio de la picadura. Suasnábar destacó que, “en general, los niños y adultos afectados no experimentan otras manifestaciones en la piel, como enrojecimiento o inflamación. En casos leves, la aplicación de hielo puede aliviar el dolor en unas pocas horas”.
Sin embargo, el pediatra advirtió que, “en algunos casos, especialmente en niños pequeños, la picadura puede provocar síntomas sistémicos como vómitos, sudoración, salivación e irritabilidad”. El síntoma más grave es el vómito, y “la población pediátrica, especialmente los menores de 12 años, tiene un mayor riesgo de presentar manifestaciones sistémicas”, subrayó el entrevistado.
Prevención
En cuanto a las medidas preventivas, el profesional brindó recomendaciones tanto para el ámbito doméstico como para la comunidad en general.
– Para evitar la entrada de escorpiones a los hogares, se aconseja revisar y sacudir la ropa de cama, el calzado y la ropa, así como alejar las camas de las paredes y colocar frascos en las patas para evitar el ascenso de los escorpiones. También se sugiere utilizar rejillas sanitarias en desagües y sanitarios, tapones en piletas y bañaderas, y controlar las entradas y salidas de puertas y ventanas.
-En el ámbito peridomiciliario, se recomienda realizar limpiezas periódicas de viviendas y alrededores, controlar la basura para reducir insectos que sirven de alimento a los escorpiones, evitar la acumulación de escombros y leña, y tener precaución al examinar lugares oscuros y húmedos.
Informe sobre escorpionismo en pediatría
En un trabajo realizado en conjunto entre el hospital de niños Dr. Orlando Alassia, Centro de Investigaciones sobre Endemias Nacionales(CIEN), Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas, Universidad Nacional del Litoral, y el Departamento Programas de Salud, Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias Dr. Emilio Coni, reveló que “los niños procedentes de localidades fuera de la ciudad de Santa Fe tuvieron síntomas moderados/graves con una frecuencia dos veces mayor que los que provenían de la propia ciudad”.
Se especula que las condiciones ambientales y las características de la vivienda en zonas rurales o suburbanas podrían favorecer la presencia de escorpiones, aumentando así el riesgo de picaduras graves. El informe destaca la necesidad de implementar estrategias de prevención específicas para diferentes áreas geográficas, teniendo en cuenta las condiciones locales que pueden influir en la presencia y actividad de los escorpiones.
Otro hallazgo destacado es la vulnerabilidad de los niños menores de 2 años, que tuvieron entre un 60% y un 70% de probabilidad de desarrollar síntomas sistémicos. Se sugiere que factores fisiológicos, como la inmadurez del sistema inmunológico, podrían hacer que este grupo etario sea más propenso a complicaciones. Además, los comportamientos asociados, como gatear o explorar áreas bajas, podrían exponer a estos niños de manera más directa a los escorpiones.
En términos de tratamiento, el informe revela que el tiempo de administración del suero antiescorpiónico fue mayor en los casos graves en comparación con los moderados, aunque la diferencia no fue estadísticamente significativa. La demora en la administración del antídoto es un factor crítico que puede influir en la evolución clínica y en la gravedad de los síntomas. Por lo tanto, se enfatiza la necesidad de agilizar este proceso para mejorar los resultados y reducir la morbimortalidad asociada con el escorpionismo.
Además, se destacan los resultados preliminares de análisis de laboratorio, que muestran que los niños con escorpionismo grave presentaron valores más elevados de glóbulos blancos y glucemia en comparación con los casos moderados. Estos hallazgos podrían ser indicadores útiles para prever la gravedad del cuadro clínico, aunque se subraya que se necesitan más estudios para confirmar la utilidad de estos parámetros.