Alguna vez el ex jugador y prestigioso comentarista Jorge Valdano dijo que “el fútbol es un estado de ánimo”, sintetizando a la perfección la complejidad de este deporte para los profesionales. En un abrir y cerrar de ojos, pueden pasar de la gloria eterna o el prestigio al olvido o la poca importancia. Algo así está viviendo Luis Miguel ‘Pulga’ Rodríguez, que pasó de llevar a Colón a lo más alto de su historia a tener un presente discreto en Gimnasia de La Plata.
El atacante argentino, oriundo del pueblito tucumano de Simoca y con ya 36 años, sabe que le quedan pocas balas en el fútbol del alto nivel argentino. Mientras el cuerpo traiciona y muestra sus limitaciones, el reloj del tiempo no se detiene y avanza. En lo que va de la temporada, jugó apenas diez partidos -como consecuencia de una lesión antes del debut- en los que convirtió dos goles y no tuvo asistencias. De esos tantos, uno fue de penal ante Argentinos Juniors y otro por el Torneo Liga 2021 ante River.
A pesar de la frialdad de las estadísticas, los partidos del Pulga lejos están de tener brillo. Es más, ni siquiera aparecen algunas de las pinceladas a las que nos tenía acostumbrados en Colón y Atlético Tucumán. Además, se encuentra en un equipo que no halla los caminos y que convocó a Pipo Gorosito en este último tiempo para intentar salir de los últimos lugares de la tabla de posiciones.
Esta situación y la lejanía de los suyos hacen que el Pulga empiece a sacar cuentas sobre su futuro deportivo. Si bien tiene contrato hasta diciembre de 2022, el enganche sabe que cuenta con dos opciones tentadoras: Colón y Atlético Tucumán. En el primer caso, está el recuerdo fresco de la Copa de la Liga y el ciclo exitoso de Eduardo Domínguez, además de la Copa Libertadores del año que viene. En el segundo, aparece el retorno a su provincia, empujado por un posible futuro político.
"Las puertas de Colón para la vuelta del Pulga Rodriguez siempre estarán abiertas", lanzó José Vignatti, presidente del Sabalero, en Aire de Santa Fe, sintetizando la postura de la dirigencia del club.
En este caso hablaremos de la segunda opción. Como se sabe, el tucumano tiene un arraigable peronista y en 2018 se afilió al Partido Justicialista de Tucumán. Además, es amigo de uno de los hombres fuertes del peronismo provincial y gobernador interino, Osvaldo Jaldo. Tras el desembarco de Juan Manzur a la Jefatura de Gabinete en lugar de Santiago Cafiero, Jaldo dejó la Legislatura tucumana para ocupar su lugar en medio de una fuerte interna entre pares.
La interna de peronismo en Tucumán no es buena. De hecho, esta confrontación por el poder dentro del justicialismo hizo dudar a Manzur de su partida a Nación para trabajar pegado al presidente Alberto Fernández. Sucede que, antes del tiempo electoral, Jaldo empezó a hacer campaña por el interior de la provincia para candidatearse a gobernador. Manzur, sin capacidad de reelección, se siguió metiendo en el barro electoral y hasta lo confrontó -con un rotundo éxito- en las PASO.
Tras idas y vueltas y negociaciones a contrarreloj, finalmente Manzur accedió a que Jaldo tome la gobernación y que quede a su cargo la Legislatura tucumana. Sin embargo, el gobernador interino no deja la campaña de lado y apunta a ser elegido por el voto popular en 2023, algo que no logró en estas elecciones, donde perdió ante el actual jefe de Gabinete.
En esas recorridas por el interior, incluso algunas en plena pandemia, el caudillo provincial estuvo acompañado por el Pulga Rodríguez, de claras apetencias políticas y con un deseo particular: ser el intendente de Simoca, el pueblo de poco más de 8 mil habitantes donde nació y dio sus primeros pasos futbolísticos en las calles de tierra.
Con la última interna, la posibilidad del “Pulga político” no se volvió a conversar, pero saben que es una posibilidad latente. Mientras el actual Gimnasia se ve como intendente de su ciudad natal, en el PJ lo observan con buenos ojos para ocupar un puesto como diputado provincial. ¿Por qué? Para aprovechar el cariño de gran parte del pueblo y darle más volumen a su partido político a nivel provincial. En Tucumán, el peronismo cuenta con el territorio, pero lo que necesita para consolidar el poder son los votos.
Pero antes, el deseo es que vuelva a vestir la camiseta del Decano. La hoja de ruta política es la siguiente: retorno a Atlético Tucumán, retiro en un estadio lleno en 2023 y rápido desembarco político. De todos modos, ese es el deseo del ‘Jaldismo’ y todavía no tiene una confirmación de Rodríguez.
En cuanto a la dirigencia del Decano, la postura sigue siendo la de recibirlo con los brazos abiertos. Mario Leito, presidente, le dijo al programa radial Cómo Te Va: “La vuelta del Pulga (Rodríguez) depende nada más de él, nosotros hicimos todo para que él venga, él tomó una decisión y se la vamos a respetar”.
El deseo del Pulga, en principio, es el de revertir la situación en Gimnasia (donde tiene contrato hasta diciembre de 2022) y poder ser la bandera del equipo para pelear cosas importantes, como lo hizo con el Sabalero. De momento, ese plan todavía está lejos de darse. Sabiendo que a su carrera le quedan pocos años, mira con cariño el retorno a los lugares donde supo ser feliz. Está el último campeón del fútbol argentino y el Decano con la política de por medio. A donde vaya, ya tiene claro que será bien recibido.
info: Doble Amarilla