La aspiración de progreso por la vía educativa fue, durante largas décadas, uno de los rasgos distintivos de la sociedad argentina. La expresión "Mi hijo, el doctor", generalizada a partir de la obra teatral de Florencio Sánchez, reflejó la aspiración de ascenso social de parte de sectores humildes e inmigrantes que llegaban a estas tierras. Hoy las escuelas se encuentran siendo objeto de grandes debates y cuestionamientos; sin embargo, las clases populares aún confían en las oportunidades que brinda la educación.
La reflexión es parte de las conclusiones a las que arribó una encuesta realizada por el Observatorio Argentinos por la Educación junto a la secretaría de Integración Socio Urbana del Ministerio de Desarrollo de la Nación. Allí, se puso en evidencia que en los barrios de menores ingresos las familias tienen una percepción positiva de la escuela, a la que perciben como una institución que favorece la movilidad social.
Se trata de un encuesta exploratoria realizada a 540 padres y madres con hijos e hijas en escuelas primaria y secundaria que viven en barrios que integran el Registro Nacional de Barrios Populares en los que se encuentran enlistados las villas y asentamientos de toda la Argentina. Luego fue complementada con un estudio etnográfico que buscó rastrear los discursos y las demandas que estas familias tienen para con la educación de nuestro país.
Gentileza Argentinos por la Educación
Los resultados fueron compilados en el informe "¿Qué esperan de la educación las familias de los barrios populares?", elaborado por Carolina Franchi, Violeta Pastoriza, Jazmín Rodríguez Musso, Giuliana Tanzi, Gabriela Catri y Eugenia Orlick. Allí se indicó que nueve de cada diez familias que viven en barrios populares consideran que sus hijos o hijas tienen mayores posibilidades de conseguir empleo si terminan el secundario.
"Este informe constituye un estudio exploratorio respecto a una temática multidimensional muy compleja. Se trata de un primer acercamiento que no aspira a agotar el universo que la compone, sino ser un puntapié inicial para profundizar nuevas líneas de trabajo e investigación en el futuro", aclararon desde el Observatorio.
Demandas de infraestructura y formación
La enseñanza de oficios, idiomas y actividades vinculadas con el mundo del trabajo aparece entre las principales demandas de las familias encuestadas. Educación Sexual Integral, arte y deporte también son mencionados en los reportes ante la pregunta sobre qué les gustaría que la escuela les enseñara a sus hijos/as.
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El 35% de las familias señala que la infraestructura de la escuela a la que asiste su hijo/a se encuentra en condiciones regulares y el 50% afirma que está en buenas condiciones; el 13% restante percibe malas condiciones. Las cuestiones relativas a mejoras de infraestructura más mencionadas son la calefacción (40%) y los baños (39%). Otros reclamos frecuentes son la necesidad de más aulas, espacios de recreación, mayor mantenimiento y seguridad. En relación con la conectividad, casi 7 de cada 10 familias (68%) informan que las escuelas de sus hijos/as tienen conexión a internet.
Por otra parte, el informe explora aspectos relativos a los servicios alimenticios en contexto escolar. Según los reportes, la mayoría de los estudiantes solo recibe una comida liviana en la escuela (desayuno o merienda). En primaria, solo el 10,4% de los estudiantes que van 4 horas o menos reciben almuerzo, mientras que ese porcentaje aumenta a 62,1% en el caso de los que van más de 4 horas. En el nivel secundario, los reportes señalan que reciben almuerzo el 25,2% de las y los que asisten 4 o menos horas y el 25,9% que asisten más de 4 horas.
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Lectura sobre las expectativas
Con el objetivo de brindarle a las estadísticas una lectura académica, fue consultada sobre el informe la investigadora de FLACSO, Guillermina Tiramonti, quien sostuvo que "los sectores populares mantienen la fe en el valor de las titulaciones para que sus hijos tengan acceso al mercado de trabajo".
En esa línea, Tiramonti reflexionó: "Sus demandas sobre la escuela están asociadas a esta expectativa: quieren computación, inglés, arte y oficios. Supongo que dan por sentado que la escuela les proporcionará los recursos básicos de la cultura como la lectoescritura y las matemáticas. Son esperanzas y expectativas totalmente razonables y fundamentadas en un sentido común que se conformó en el seno de una sociedad que proporcionaba una relación casi automática entre educación y empleo. Hoy los vínculos entre estos dos términos son más complejos y requieren cambios en los dos términos de la ecuación".
Otra de las voces consultadas fue la de Paulina Calderón, exministra de Educación de San Luis, quien consideró que "la escuela sigue siendo sinónimo de ascenso social para un 90% de familias de los barrios populares de nuestro país, que consideran que su hijo/a va a tener más posibilidades de conseguir trabajo si termina el secundario". Asimismo, reparó en que "alrededor de un 40% (de primaria y secundaria) que asiste más de 4 horas diarias manifiesta no recibir ningún tipo de servicio alimenticio, ni desayuno, ni merienda, ni almuerzo".
"Hay que pensar la educación de forma integral. Desde el jardín hasta el secundario; y el acceso al mundo del trabajo, que es el sueño de todas las familias. Debería haber algún dispositivo que acompañe a los jóvenes en el acceso a su primer empleo o su primer trabajo. Porque el estudio les genera más gasto (transporte, insumos, indumentaria, etc) a esos pibes y en todo caso también a sus familias", reflexionó, por su parte, Estefana Rodríguez, maestra y vecina de un barrio popular. Y añadió: "Al problema generalizado de la falta de empleo, se le suma que en los barrios populares, aunque muchos terminamos la primaria y la secundaria, es difícil acceder a un trabajo con todos los derechos garantizados".
¿En base a qué se elige?
Otro de los datos destacados del informe indica los motivos en la elección de escuela por parte de los grupos familiares. La razón primordial es la cercanía, seleccionada por el 55% de los encuestados. En segundo lugar, el 15% mencionó que eligió la escuela por "buenas referencias". Además, 7 de cada 10 familias señaló que su hijo o hija tarda habitualmente menos de media hora en llegar a la escuela. Es decir que la presencia cercana a los espacios de vida tienen un peso relevante en la elección de las instituciones favoreciendo el acceso y la asistencia escolar.
Fuente: El Litoral