De acuerdo a un informe elaborado por una importante sociedad de Bolsa local con fuerte llegada a inversores de Wall Street, el Gobierno precisa imperiosamente llegar a un acuerdo con el FMI para mantener el poder de intervención en el mercado cambiario. De acuerdo a este análisis, si no llega el desembolso del organismo antes de fin de mes, al Banco Central solo le quedarían disponibles USD 1.000 millones en agosto para seguir controlando el tipo de cambio y que no se dispare la brecha cambiaria.
El trabajo de la compañía TPCG desmenuza la situación límite de las reservas, que esta semana arrancaron con otra fuerte caída. El lunes por el pago de los intereses de los bonos dolarizados por alrededor de USD 600 millones y hoy con fuerte ventas de yuanes. Las reservas brutas volvieron a caer, hasta los U$S 26.414 millones.
Sin embargo, los dólares líquidos que quedan para seguir interviniendo en el mercado son sustancialmente menos. De acuerdo a la estimación de esta sociedad de Bolsa, que coincide con otros números que manejan en simultáneo otros analistas, quedaron alrededor de USD 4.800 millones para utilizar. Claro que de ese total ya se usó una parte para pagarle el lunes a bonistas y habría que destinar otros USD 2.600 millones al FMI. “Si antes de fin de julio no llega el desembolso del organismo, el Gobierno deberá usar el 80% del poder de fuego que le queda para cubrir vencimientos”, agregan.
La situación, por lo tanto es límite. La euforia del mercado de bonos y la tranquilidad cambiaria de las últimas semanas no lo refleja, más allá del repunte del dólar libre a $ 498. Posiblemente la explicación sea la expectativa de llegar a un acuerdo con el Fondo antes de fin de mes. Al menos Sergio Massa se ocupó hace casi dos semanas de decir que el arreglo era “cuestión de horas”. Ahora lo sigue sosteniendo e incluso transmite que la Argentina recibirá fondos “extra”, con lo que tendría margen para seguir interviniendo no solo hasta las PASO, sino hasta las elecciones a fines de octubre.
Pero por ahora no hay señales claras desde Washington para cerrar un acuerdo. La preocupación es que el proceso podría llevar varias semanas, con lo que con mucho viento a favor se podría llegar a un entendimiento sobre la hora, es decir al filo del cierre del mes.
Las demoras por parte del FMI podrían obedecer a distintos motivos. Por un lado, podría haber discrepancias en relación a las metas que la Argentina se compromete a cumplir, tanto en materia de acumulación de reservas como de déficit fiscal. En este caso, la sequía histórica que afectó al país actúa como un aliciente.
Pero al mismo tiempo, los técnicos del Fondo no quieren jugársela y liberar fondos extra a favor de un Gobierno que está a punto de culminar. En caso de que exista ese desembolso adicional, que es lo que pide Massa, lo más probable es que los dólares se terminen gastando rápidamente para hacer frente a la demanda de importadores.
El comportamiento del dólar entró ahora en zona de riesgo, faltando solo un mes para las PASO. En los últimos días, como era de esperar, se notó un poco más presión sobre los tipos de cambio ante la búsqueda de los inversores de cubrirse antes de las primarias. El contado con liquidación fue el mejor reflejo, con subas hasta los $ 515, aunque los otros dólares financieros (libre y MEP) se mantienen por debajo de los $ 500.
Por otra parte, también se empezó a notar una leve reducción de los fondos comunes en pesos, que invierten en bonos o incluso en plazos fijos. La recomendación de las analistas bursátiles es no enamorarse del “carry trade”, ya que no está claro que las altas tasas de interés vayan a compensar un posible ajuste del tipo de cambio en las próximas semanas.