El colapso del exchange FTX volvió a poner sobre la mesa la necesidad de una regulación de la industria cripto y aunque muchos actores del sector se oponen ante el temor de que limite el potencial de desarrollo, la mayoría coincide en avanzar en mecanismos de protección de usuarios y resguardos de activos verificables que eviten sucesos similares.
Se calcula que cerca de US$ 8.000 millones depositados en el segundo exchange más grande del mundo quedaron atrapados ante la falta de liquidez de la empresa para devolverlos, un escenario catastrófico para la confianza de una industria que, pese a la caída en el precio, venía creciendo de forma sostenida.
En la actualidad, la Unión Europea está próxima a sancionar una ley que obliga a un registro único de todos los exchanges que operen es su jurisdicción, así como de sus usuarios, mientras que en Estados Unidos avanza un proyecto para regular a las monedas estables (stablecoins), entre otros puntos.
Las características disruptivas, de constante innovación y de operación sin fronteras hacen de la industria cripto una rama difícil de regular, dada la facilidad de cualquier empresa de radicarse en un país con permisos muy laxos de operación y, desde allí, ofrecer servicios a todo el mundo.
Sin embargo, los repetidos episodios de estafas o caída estrepitosa de proyectos prometedores con miles de millones de dólares de inversión muestran la necesidad de sentar mínimas bases para que los usuarios estén cuidados y que, en el futuro, sigan optando por hacerlo.
Allí es donde se cruza el debate entre actores del sector, nacido como alternativa al sistema financiero tradicional tras la crisis de 2008, en la que bancos debieron ser rescatados ante inescrupulosas decisiones con dinero de sus depositantes, pero que hoy enfrentan situaciones similares.
"Hace algunos años que los países empezaron a trabajar sobre protección del lavado de dinero, normas de compliance y de conocer cuáles son los clientes para prevenir usos negativos del sistema; estamos viendo un consenso entre actores de la industria, tanto exchanges como usuarios y reguladores, que hay cuestiones básicas que trabajar", dijo a Télam Julián Colombo, CEO de Bitso en Argentina.
En ese sentido, Colombo aseguró que la transparencia de los depósitos es una clave y que, por ello, su empresa le garantiza a sus usuarios que "el 100 por ciento de los fondos están líquidos y custodiados y que no hay fondos suyos dando vueltas por el sistema".
"Vamos a ver en Argentina y en países de la región en los próximos meses se va a acelerar un avance sobre esto; sobre todo, ciertas cosas referidas a la trazabilidad de operaciones para ver cómo recuperar fondos sustraídos por fraude o robados", agregó.
Por su parte, Julián Serrano, CEO y fundador de Ripio, aseguró que "es necesario que los gobiernos se interesen más en la tecnología", ya que "lo peor y más peligroso es una regulación sin entendimiento, si bien podemos estar de acuerdo o no con los objetivos detrás".
También reforzó que es necesario "avanzar en pruebas de reserva, para demostrar que tenemos custodia completa del dinero de nuestros usuarios", pero que la falta de la transparencia no es exclusiva de la cuestión de los fondos y que hay otras trabas en el medio.
"Algo complejo de la industria es que hay empresas que tienen operación local y que sacan licencias en cada país y que tratan de operar transparentemente, mientras que hay otras empresas que operan offshore en países mucho más laxos. FTX operaba desde las Bahamas y Binance se va mudando constantemente, por ejemplo", dijo a Télam y a otros medios durante la celebración de Labitconf en Buenos Aires.
"Sería ideal que para poder operar con moneda local en un país haya un marco claro de como hacerlo. El comercio P2P -persona a persona- de Binance permite que, con una selfie y una foto del DNI se pueda operar con un límite de 5 millones de dólares. Eso sucede sin control real de los fondos", se quejó el CEO de Ripio.
La posibilidad de que una regulación limiten los desarrollos del sector es, sin embargo, un temor de los actores del sector.
"Estamos en una etapa temprana y muy alineados con los ideales; en Argentina nunca hubo regulación y la autorregulación terminó siendo una de las mejores herramientas para terminar de darle forma al mercado", aseguró Manuel Beuadroit, CEO de Belo.
Por ello, planteó que la forma de que episodios como los de FTX no se repitan es "que le caiga todo el peso de la ley a la gente que comete este tipo de actos" e "invirtiendo recursos en educar a la sociedad". "Una regulación puede ser un encauce del rio. La pregunta es a qué precio", aseguró.
Aún así, se mostró a favor de "dar prueba de reservas", pero dijo que "hay un componente sensible es quién maneja las llaves de eso", lo que daría lugar a eventuales robos a titulares que resguardan esos datos.
"Hay una línea compleja que hay que tener en cuenta donde muchísima transparencia puede tener un impacto sobre la compañía. Es una equilibrio muy fino", concluyó.