La necesidad de terreno fabril es todo un desafío en un contexto marcado por el fuerte crecimiento poblacional de los conglomerados urbanos de Santa Fe que empiezan a entrar en conflicto con decenas de establecimientos industriales que muchas veces quedan cercados por urbanizaciones.
El propósito de encarar un proceso de ordenamiento de los predios industriales en el territorio provincial fue elemento que alentó a la administración de Omar Perotti a poner en juego un plan de fomento para avanzar más ágilmente en la habilitación de nuevos lotes de uso fabril, ya sea de gestión pública -gestionados por municipios y comunes- como los complejos privados que han proliferado y mucho, sobre todo, en el Gran Rosario.
Fue en agosto del año pasado, luego de haber atravesado lo más duro de la pandemia que obligó a redireccionar presupuestos, que desde el despacho del gobernador se firmó el denominado Régimen de Promoción Industrial que si bien incluía algunos aspectos innovadores, sobre todo abogaba por el pleno cumplimento de prerrogativas que ya tenían vigencia en “la bota”, pero que se ejecutaban poco o nada.
Objetivos
La iniciativa fue puesta en marcha pensando sobre todo en el aprovechamiento de partes de empresarios chicos y medianos, quienes normalmente son los que atraviesan no solo severas dificultades para financiar la compra de terreno y la construcción de naves fabriles, también encuentran escollos para lograr las habilitaciones fundamentales para poner en marcha las máquinas dentro de un galpón.
Aunque el esquema de fomento entró en conflicto con procesos negativos como el derivado de la fuerte sequía, que aplazó propósitos de inversión sobre todo en la industria que vive gracias a la demanda del campo, el decreto permitió mover estructuras muy pesadas que redundan en mejores condiciones para la radicación industrial.
A ocho meses de la firma del decreto, Claudio Mossuz, secretario de Industria de Santa Fe, ponderó la letra chica de la norma. “El Régimen de Promoción Industrial en cuestión tuvo como objetivo fundamental la priorización de las pymes industriales en las pautas de alcance, cuantificación y graduación de beneficios impositivos, favoreciendo a la redistribución del costo fiscal de la provincia”, mencionó como primer punto el funcionario.
A dicho elemento base es necesario sumarle que se buscó la atracción de inversiones y radicaciones de plantas fabriles en el territorio provincial privilegiando la instalación en parques y áreas industriales, o en zonas de uso industrial -reconocidas por ordenanzas comunales/municipales-, volviendo a esquemas de desgravación máxima del 100% de exención de todos los impuestos provinciales durante 10 años, un articulado que ya estaba escrito pero que por falta de habilitación de algunos predios fabriles, no se cumplía.
“Se trata de un impacto positivo que no pasa desapercibido para una compañía en crecimiento. La eliminación por una década de ingresos brutos, patente, sellos e impuesto inmobiliario es un factor que ante coyunturas difíciles como las actuales colabora con la subsistencia de la firma”, ponderó Mossuz.
La norma plantea también incentivos adicionales para el desarrollo exportador de las pymes, para las empresas que respeten la perspectiva de género tanto en la conducción como en niveles operativos, y para eliminar asimetrías en la distribución espacial, incentivos complementarios a las industrias radicadas o a radicarse en los departamentos del norte santafesino. “El plan refuerza el rol del Estado como promotor de un desarrollo socioeconómico equilibrado territorialmente”, aclaró Mossuz.
Info: El Litoral.