El Presidente prepara su segundo discurso ante la Asamblea Legislativa y define si nombra a Lijo y García Mansilla en la Corte Suprema.
El presidente de la Nación, Javier Milei, regresó al país tras su viaje a Estados Unidos, donde obtuvo el apoyo de Donald Trump, y ahora enfrenta una semana clave para definir dos asuntos de alta relevancia: la designación de nuevos jueces en la Corte Suprema y la preparación de su discurso ante la Asamblea Legislativa.
El próximo sábado, desde las 21, Milei se presentará en el Congreso para inaugurar las sesiones ordinarias. Será la primera vez en el año que comparte escenario con la vicepresidenta Victoria Villarruel, con quien mantiene diferencias en la gestión. El mandatario planea incluir en su discurso una mención al proyecto de ley de Ficha Limpia, que no logró ser tratado durante las sesiones extraordinarias.
Paralelamente, en Casa Rosada analizan la posibilidad de nombrar en comisión a Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla para cubrir las vacantes en el máximo tribunal, aunque también se evalúan otros candidatos, como Ricardo Rojas, cuya ideología es más afín al oficialismo. La decisión deberá tomarse antes del 1° de marzo, ya que el Ejecutivo solo puede designar jueces por decreto mientras el Congreso no esté en funcionamiento.
La postergación del tratamiento del pliego de Lijo en el Senado coincidió con la visita de Milei a Estados Unidos, donde mantuvo reuniones con Trump y la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva. Guillermo Francos, jefe de Gabinete, destacó el respaldo de Trump, calificándolo como un gesto de relevancia internacional.
La incertidumbre por la designación de Ariel Lijo
El oficialismo ya tendría los borradores de los decretos del juez federal y del académico, en caso de Milei decida firmarlos. De ambos candidatos, solo Lijo consiguió las firmas necesarias para avanzar en el recinto del Senado, y es por eso que el oficialismo considera el nombramiento de García-Mansilla a través de un DNU.
Pero a pesar de los deseos del Gobierno, existen ciertas resistencias. Según se supo, Ariel Lijo habría manifestado su rechazo de ser designado por decreto, lo que complica la estrategia del oficialismo.
Si Milei nombra al magistrado por DNU, su designación solo será por un año parlamentario, alrededor de nueve meses hasta finales de noviembre. Pero, además, para asumir deberá renunciar a su cargo de juez federal y depender cada año de los votos de los senadores para mantener su cargo. Si durante un período el Senado no aprueba su continuidad, Lijo se quedaría sin su cargo como ministro de la Corte y sin ser juez federal.
En ese contexto, la administración libertaria ya sabe que si nombra a los jueces por decreto, el bloque de Unión por la Patria presentará su rechazo inmediato.