Después de que el Senado sancionara la nueva ley de reforma jubilatoria, el Gobierno salió a ratificar la amenaza del veto hecha por Javier Milei. El Presidente compartió dos posteos en defensa del "equilibrio fiscal" publicados en la cuenta X por dos de sus funcionarios más cercanos, el ministro de Economía, Luis Caputo, y su vocero Manuel Adorni.
Haciendo lo que hay que hacer. Fin. pic.twitter.com/PJ9m0MGofQ
— Manuel Adorni (@madorni) August 23, 2024
"El equilibrio fiscal es absolutamente innegociable. Fin", posteó Adorni poco después de votarse en el Senado la reforma jubilatoria no querida por el Gobierno. En la misma línea escribió en X el ministro Caputo: "El equilibrio fiscal es innegociable". Ambas declaraciones fueron compartidas por el presidente Milei, preparando el terreno para un probable veto presidencial.
El presidente amenazó más de una vez con vetar esta ley. "Degenerados fiscales" llamó a los legisladores que impulsan el RIPTE porque, sostiene, pondría en riesgo el superávit fiscal. En su intervención en la sesión de este jueves en el Senado, Di Tullio le contestó directamente a Milei. "Lo que va a vetar el Presidente son 66 mil pesos para cada jubilado y jubilada. Por eso el irresponsable y degenerado social es él".
Poco después del posteo del vocero presidencial, dos ministros del Gobierno salieron a redoblar la defensa del equilibrio fiscal, preparando el escenario para justificar el posible futuro veto del presidente Javier Milei a la nueva ley de reforma jubilatoria. La canciller Diana Mondino compartió la publicación de Adorni.
El comunicado
La Oficina del Presidente informa que el Presidente Javier Milei, tal cual se comprometió con los argentinos, vetará el proyecto aprobado hoy por el Congreso de la Nación que tiene como único objetivo destruir el programa económico del Gobierno. El Presidente se comprometió con los argentinos a sostener el superávit fiscal a toda costa y así lo hará.
— Oficina del Presidente (@OPRArgentina) August 23, 2024
El Congreso Nacional, en un acto de populismo demagógico, sancionó un proyecto de ley irresponsable, ilegal e inconstitucional que establece gastos exorbitantes sin su correspondiente partida presupuestaria, lo que implicaría necesariamente que el Gobierno vuelva a caer en las
viejas prácticas de la emisión monetaria, el aumento de impuestos, o el endeudamiento, que son las mismas recetas que nos han llevado al fracaso durante los últimos 100 años.
Esta ley implica un gasto adicional del 1,2% del PBI, o lo que es lo mismo, 25% del PBI en términos dinámicos, obligando al Estado a contraer deuda que deberán pagar en el futuro los jóvenes argentinos que, gracias a medidas como ésta, hoy son mayoritariamente pobres.
Adicionalmente, resulta paradójico que la clase política se acuerde de los jubilados hoy y no durante el gobierno de Alberto Fernández y de Sergio Massa. Solo en su último año, los haberes cayeron más del 30% acompañado de una suba sideral del gasto público. Mientras acusan a este Gobierno de licuar a los jubilados, desde enero las jubilaciones han aumentado un 5% en términos reales mientras bajamos el gasto y destruimos la inflación.
Tenemos plena conciencia de que la clase política quiere forzar al Gobierno a oponerse a esta medida demagógica para anotarse una victoria política, pero como el Presidente de la Nación ha dicho en innumerables oportunidades, nosotros preferimos decir una verdad incómoda a una mentira confortable.
El proyecto sancionado este jueves por el Congreso con la anuencia de todos los partidos políticos es una estafa moral, un acto de demagogia populista y una irresponsabilidad fiscal; y por lo tanto será vetado por este Gobierno, el cual no tiene miedo de pagar los costos que hagan falta para sacar a este país de la decadencia en la que nos han sumergido.
Confiamos en que los que durante años se han amparado en el cambio no se presten al juego de quienes quieren destruir el programa económico del Gobierno.
Es tiempo de que la dirigencia política elija de qué lado quiere estar: del lado de los que queremos una Argentina distinta luego de décadas de fracaso, o del lado de los extorsionadores que utilizan la política para su propio beneficio personal.