En medio de tantas ciudades (Bangkok, Asunción del Paraguay, Londres, Miami), torneos, congresos y compromisos de protocolo como Secretario General Adjunto de la Conmebol, para Nery Alberto Pumpido la familia es algo determinante, a pesar de la distancia con algunos y la cercanía con otros. Al mismo tiempo que ahora puede jugar paddle o ir a un shopping con Juan Pablo (DT de fútbol, hoy sin trabajo y a la espera) acá en Paraguay; los otros tres están lejos: Jazmín, Francisco y Benja en Santa Fe; Celeste en Buenos Aires.
Pero lo que "tira" en los Pumpido y se lleva en la sangre es la pasión por el fútbol, que va de la mano con el amor a Unión, el club de la familia de toda la vida. Este año, Francisco firmó su primer contrato profesional como futbolista con Unión (puso el gancho el 3 de mayo hasta el 2026) y ya fue al banco de suplentes, firmando planilla de AFA ante Banfield.
-¿Qué sentiste Nery el día que viste el apellido Pumpido en ese dorsal de Francisco, tu hijo, en el vestuario tatengue?
-Mucho orgullo lo de Fran, porque se lo que se brinda en el trabajo para llegar. No es fácil, como digo siempre, porque uno tiene un apellido dentro del fútbol y para los hijos no es fácil. Para Juan Pablo (N.de R: DT) nunca fue fácil, tener el apellido lo hace más difícil; es al revés de lo que la gente cree. Siempre parece que sos el hijo de…
-Con lo de Fran la leyenda de los Pumpido sigue viva en Unión…
-Con Francisco lo mismo, estoy muy orgulloso. Eso me dio cosa, porque estoy en un lugar privilegiado y extraordinario con la Conmebol, pero esas son las cosas que me duelen perderme: ver a mi hijo en el club donde yo nací, que es Unión, estando lejos me dio mucha emoción. Cada vez que lo recuerdo me emociono y me genera alegría. Es que estaba como a 40.000 kilómetros con 12 horas de diferencia. Por eso digo que la gente se confunde, tener el apellido le da a los hijos un mérito más grande todavía. Lo de Juan Pablo, Francisco, mis hijos y mis hijas son méritos muy grandes.
Por Darío Pignata para Radio GOL y El Litoral
