Y así fue nomas, como el error de un adolescente, tenía todo controlado, habiendo dominado a su rival en todos los conceptos. Futbolísticamente, en tenencia de la pelota, con algunas llegadas, el VAR le anuló, correctamente, dos goles, en despliegue, presionando en toda la cancha. Hasta que llegó un gol de otro partido, golazo!. Y a partir de ese momento se desmoronó como un mazo de naipes. Una desconcentración en la alta competencia es suicida y lo pagó caro. Es que enfrente tenía ni más ni menos que al subcampeón de la Copa de la Liga: Tigre.
Diego Martínez, el joven DT del de Victoria lo aprovechó y movió primero que Munua las piezas. Lo hizo con mucha inteligencia. Puso por ejemplo a Sosa por De Martini (estaba amonestado) y con piernas para defender y atacar por ese andarivel. Colocó a Colidio y sus frutos no se hicieron esperar. Justamente Colidio primero y Sosa después con dos golazos dieron vuelta el partido y enmudecieron el 15 de Abril.
Sexta derrota consecutiva. Lo más importante es que demostró ser, por lo menos en éste juego, de mandíbula débil. Le pegaron una vez y no pudo sobreponerse. A partir del segundo gol visitante fue absoluto dominador, pero sin jugadas claras no pudo vulnerar a un Tigre que lo esperaba con orden.
Tendrá que reordenar las líneas Gustavo Munua. Reapareció ante su público Cañete. Con algunos movimientos abriga lógicas ilusiones en su hinchada.
Como lo hacemos los padres en la formación de nuestros adolescentes, no retarlos cuando se equivocan… pero si demostrarles, con ejemplos, que en la vida no hay que equivocarse tan seguido y aprovechar de las experiencias para no repetirlos.
El próximo fin de semana el equipo de Munúa enfrentará el primero de los dos primeros rivales difíciles: Colón y después Nacional por la Sudamericana. El análisis no admite errores.
