Con apenas 25 años, Federico Vera ya se va convirtiendo en uno de los más "grandecitos" del núcleo -bastante extenso en este plantel- de jugadores surgidos de las inferiores. Conoció el club desde muy chico, cuando llegó de Banco Provincial y se ganó un lugar de consideración. Hoy es un titular indiscutido, ya casi un referente, ha tenido muchos partidos en los que fue figura y estuvo a punto de ser transferido en los últimos mercados de pases. No duda en afirmar que "el grupo viene unido desde los tiempos de Azconzábal, no se cambia mucho el plantel, se van uno o dos pero el resto seguimos, nos conocemos todos y estamos muy tranquilos. Sabemos lo que nos estamos jugando. Ibamos perdiendo en todos los partidos de este torneo y sin embargo logramos empatar los partidos y hasta darlos vuelta, como nos pasó con Estudiantes. En esto dimos un paso adelante", cuenta "Fede" en su charla en Café con Fútbol, el programa de Cable y Diario.
-Te ví jugar muy bien el clásico del 2 a 2 en cancha de Colón, cuando lo hiciste de "8″. ¿Es tu puesto?, ¿te gusta jugar en esa posición o estás cómodo arrancando desde más atrás?
-A mi me gusta jugar de lateral, sólo hubo un par de años en los que jugué de todo (risas)… Entre esos puestos, también de volante. A veces el Kily me pide que suba más e instintivamente me tiro atrás para arrancar.
-¿Se sintió en tu caso la ausencia de Roldán, que es el volante que tenés más cerca?
-Heinze nos mira, nos conoce, sabe cómo jugamos y sabíamos que nos iban a jugar a las espaldas nuestras, me refiero a Tiago (por Banega) y a mí. Fue el primer partido de Tiago, no nos entendemos mucho todavía, pero mejoramos en el segundo tiempo. Tiago es un jugadorazo igual que Tanda. Lo que pasa es que el fútbol argentino es muy dinámico y si no te entendés bien, te duermen.
-Tuviste cuatro entrenadores en estos últimos tiempos: Azconzábal, Munúa, Méndez y el Kily. ¿Todos priorizaron la intensidad?
-¡Los cuatro…! Pero a la hora de tener la pelota, a la intensidad hay que bajarla. Kily nos pide que hay que tenerla más, para recuperar un poco la parte física y, cuando se pierde la pelota, otra vez meter intensidad. El objetivo es cuidarla un poco más porque si no, te cansás corriendo tanto. Antes corríamos mucho hasta cuando teníamos la pelota y entonces llegaba un momento, en el partido, que no dábamos más.
-¿Qué fue lo mejor y lo peor?
-Claramente, el de Estudiantes fue el mejor partido, y el del otro día, con Newell’s, fue el que menos me gustó. Sufrimos con Newell’s, ellos perdieron un solo partido en no sé cuánto tiempo y fue contra River en el último minuto. Por eso, el empate es bueno en esa cancha y ante ese adversario.
-¿Ven la tabla de abajo o ven la zona B de la Copa de la Liga en la que están cuartos?
-Pensando en estar entre los cuatro primeros de la tabla del torneo, seguro que te terminás olvidando del descenso. Es difícil jugar pensando que si perdés dos partidos te vas muy abajo. En este torneo nos está yendo bien y no pensamos en la tabla de abajo, pensamos en la tabla de la Copa de la Liga.
-Estuviste muy cerca de ser transferido a Europa. ¿Quedaste bien o no tanto después de la negativa de la dirigencia de transferirte?
-Estoy ahí, ni feliz ni triste. Unión es mi casa, es el club en el que crecí y del que soy hincha… No estoy muy contento, esa es la realidad… Yo nunca metí presión, a Luis no le dije nada, ellos son dueños de mi pase y tienen todo el derecho a decir que si o que no. En ese sentido no me molestó… Pero uno siente que no es muy respetado adentro. Uno quiere que lo valoren, porque viene desde chiquito. Yo voy a dejar siempre todo en la cancha porque soy hincha, valoro al club y si tengo que irme ya llegará el momento de hacerlo.
-Para colmo, este es un momento en el que hasta Bolivia, Paraguay o destinos que antes no eran muy seductores, implica un avance en lo económico muy grande…
-Sí, pero Argentina es una gran vidriera, desde acá salís a un mercado mucho más grande. Todavía tenemos eso en este país. Si se nos va eso, sonamos… Brasil es, quizás, el único que está por encima de Argentina en ese aspecto.
-Faltan dos partidos para el clásico, ¿lo vivís de manera diferente?, ¿es un partido aparte o especial para vos?
-El primero fue el único en el que me puse nervioso, por suerte tuve varios y me estoy acostumbrando. Se vive más tranquilo, obvio que está la sensación de ganar y no perder, el hincha es el primero que te lo hace notar. Se vive diferente pero no tanto. Trato de evitar vivirlo como un hincha. Es un partido importante pero no de vida o muerte.
-¿Qué le dirías a un chico de 17 años como Domina que va a disputar su primer clásico en Primera?
-¡Nada!… No hablarlo, porque si le llenás la cabeza con el clásico va a pensar instintivamente en eso y faltan dos partidos todavía. Es un pibe muy maduro, es impresionante cómo piensa y cómo se maneja con tan poca edad. Tiene unas condiciones bárbaras y le falta explotar.
-¿Me permitís una crítica?, creo que a esta altura deberías tener dos o tres goles más…
-Mi papá me lo dice siempre… Me lo he planteado, sé que tengo que tomarme un segundo más, estar más tranquilo, mirar más al arquero… Mi viejo siempre me lo está diciendo… La de Racing es la prueba contundente, cuando le erró el defensor y pienso en dársela a Jero Domina cuando podría haber seguido. Pero me salió mirar al compañero…
-El otro día, en el segundo tiempo, el Kily te enloqueció teniéndote tan cerca…
(Risas) -El Kily es un jugador más, pero no lo vive de mala manera y de afuera ayuda un montón… Es un tipazo, un personaje muy lindo. Nos llevamos muy bien.
Con información de El Litoral