Para los Pumas, vencer a los Springboks tendría como recompensa viajar a Sudáfrica con la posibilidad cierta de ser campeones del Rugby Championship en la mochila. La victoria de los All Blacks ante Australia el jueves inclinó algo la balanza para el lado de los de negro, pero también ratificó una realidad que se vislumbra desde el inicio del certamen: está impregnado de incertidumbre. Cualquier cosa puede pasar. Eso incluye que los Pumas lleguen a lo más alto. Si están en la pelea con dos partidos por jugar, no obstante, responde antes a que ellos mismos elevaron su nivel que a una merma en el rendimiento del resto. All Blacks, Springboks y Wallabies conservan su esencia, sólo que con menor solvencia de la acostumbrada.
La Argentina llega al partido de este sábado (a las 16.10, a estadio repleto) con muchos alicientes. Es el regreso a Buenos Aires después de tres años, el último partido en la Argentina en diez meses, enfrente están los campeones del mundo. Y aunque no lo digan, aunque ni siquiera lo piensen, ninguno se compara con la posibilidad de hacer historia y ser campeones del Rugby Championship. De dejar atrás a las tres mayores potencias del mundo ovalado.
La goleada sufrida en Hamilton a manos de los All Blacks en la fecha anterior puede explicarse en parte por razones físicas. No alcanzaron a recuperarse luego del extenuante primer partido. Esta vez llegan con una semana más de recuperación. Además, en ese sentido están en condiciones parecidas a las de Sudáfrica, cuyos jugadores, como los argentinos, están atados al calendario del hemisferio norte. El desgaste es similar. En todo caso, los Springboks acarrean la peor parte, ya que llegaron a la Argentina directamente de jugar dos partidos en Australia. Es decir, llevan un mes de gira fuera de su país.
No está de más aferrarse a cualquier resquicio que los Springboks otorguen. Se trata de un equipo que tiene un plan de juego simple pero bien aceitado y que, cuando lo ejecuta a la perfección, es muy difícil de vulnerar más allá de quiénes jueguen. La fórmula: formaciones fijas dominantes, forwards potentes que ganan el contacto, mucha utilización del pie, ya sea para jugar en territorio rival o para disputar la pelota arriba. Cuando la pelota va a la punta es sólo porque antes se cumplieron con esos pasos. Este año alternaron grandes actuaciones con otras en que lucieron más terrenales. Todos los rivales a los que enfrentaron alternaron victorias y derrotas: Gales (2-1), Nueva Zelanda (1-1) y Australia (1-1).