El dos veces presidente tenía su corazón rojo y blanco. Fanático del club, tenía una relación muy cercana con Rodolfo D’onofrio. Durante su gobierno, miraba los partidos en la Quinta de Olivos. Por su pasión rojiblanca y su lugar de origen siempre tuvo un estrechó el vínculo con Ramón Díaz, DT de aquel equipo multicampeón. Pero no sólo disfrutó de esa cercanía, también jugó al tenis, al básquet y hasta manejó un auto de Rally.
El 2 de mayo de 2019, Carlos Menem ingresó al estadio Monumental. Estaba sostenido por su hija, Zulemita y por su nieto. ¿A qué fue? A ver el estreno de "River, el Más grande Siempre" la película del club que se estrenó poco tiempo después de la final ante Boca en Madrid. Tenía visibles problemas para andar solo, utilizaba bastón y estaba encorvado. Pero igual, dijo presente. Es que claro, para el dos veces ex Presidente y actualmente Senador Nacional por la Rioja, la pasión por River siempre estuvo presente y jamás se negoció.
River, Ramón y D’onofrio
En los ’90, década del Menemato, era habitué que el ex mandatario mirara los partidos del River de Ramón Díaz en la Quinta de Olivos, en compañía de su histórico Secretario Ramón Hernández. Es más, Macri aseguró alguna vez que, en era el propio Hernández el que llamaba a los árbitros en nombre del ex Presidente sólo para decirles: "Miren que el Presidente va a estar mirando el partido". Pero es una leyenda más, de las tantas que rodean a Carlos Menem.
Con el deporte -y con River- siempre tuvo lazos fuertes. Tenía una amistad con Rodolfo D’onofrio, actual presidente del club y también, gracias al deporte, trabó relación con Ramón Ángel Díaz, el apodado "Segundo riojano más famoso" porque el primer lugar le correspondía al Presidente de la Nación, claro. Incluso, con Ramón, llegó a interceder ante Carlos Salvador Bilardo para que lo llevará a Italia ’90, según relata el periodista Ezequiel Scher en su newsletter de Cenital: "Menem siempre tuvo devoción por Ramón Díaz. Por eso, le resultaba imposible entender que Carlos Bilardo no quisiera llevar al delantero del Mónaco al Mundial de 1990. Lo convocó a un almuerzo en Olivos, junto a Julio Grondona. Al terminar, apartó al entrenador y le preguntó qué pasaba". De aquella ausencia, siempre se dijo que era porque Maradona, capitán de aquella Selección, no lo quería a Ramón.
Menem era un fanático del fútbol. Solía organizar picados en Olivos, dónde él jugaba y desfilaban otros ex jugadores como el Beto Alonso, por ejemplo. También, el ex presidente fue vital para lo que hoy es River Camp.
El River Camp, predio de River en Ezeiza, está emplazado en una porción de tierras que le fue cedida por el Estado Nacional al club en 1999. "María Julia Alsogaray, secretaria de Recursos Naturales y Ambiente, se oponía a esta cesión de tierras. El presidente cambió de área el tema y lo colocó a cargo de la Secretaría de Deportes, encabezada por Hugo Porta, ex rugbier, hincha de Boca. En el 2000, David Pintado y José María Aguilar firmaron la nueva sede de alto rendimiento", relata en dicho Newsletter, Scher.
Pero no fue el único lazo con el deporte. Menem también jugó al fútbol con la 5 de San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro, jugó al tenis y hasta se permitió jugar al básquet, pese a su estatura y a su mal nivel deportivo en la previa del Mundial ’90. Son recordadas las imágenes de él con la pelota naranja y la "5″ de la Selección.