El error imperdonable o inevitable es no haberlo ayudado a descubrirlo antes.
Pero, y los periodistas? Y el amor de la gente? Y el acoso de todos? Y su propia confusión? Y el negocio? Inevitable, fue inevitable…Sin embargo, debimos decirle toda la verdad: Mira Diego, jugas al fútbol como Dios, pero sólo eres un hombre”. (“Los Cuadernos de Valdano”. 30-12-‘97).
Confieso que cada palabra de ésta columna es un puñal que se clava en mi…por el dolor, por lo que significa Diego para éste periodista. Por el eterno agradecimiento. Pero tengo que hacerlo. Para estar tranquilo con mi honestidad intelectual, con un innegociable estilo periodístico.
Cuando en radio, al cumplirse el año pasado, el aniversario del logro mayor del deporte santafe- sino, hice el Especial de Carlos Monzon. En la apertura hablé de su miseria que lo llevó a la cárcel. Después me ocupé de sus éxitos arriba del cuadrilátero. Cómo nos hizo emocionar y estar pendientes en cada una de sus presentaciones.
Para la comparación, leí lo mejor que se ha dicho de Diego Armando Maradona. Fue lo que escribió para todos los tiempos Jorge Valdano en Sus Cuadernos, 30-12-‘97. Ya, hace 24 años fue premonitorio.
De ahí entonces que hice un panegirico con el máximo deportista local: “Carlos Monzon, para mí, fue Dios, pero arriba del ring, abajo era sólo un hombre, con todas las miserias que tenemos y nadie está calificado para señalar sin pruebas”.
Mavys Álvarez, después de 20 años abrió la puerta del lado más oscuro de Diego.
Acostumbro en mis juicios a hablar del vaso medio lleno y medio vacío.
No hace falta agregar, en éste caso, absolutamente nada sobre el primero. DIOS DENTRO DE LA CANCHA. Eternamente agradecido.
Pero también quiero destacar que ya sabíamos cosas que ensombrecían al ídolo. Su vinculación con las drogas. La cantidad de hijos desparramados por el mundo. Las mentiras. Pero no sabíamos del abuso de menores (pedofilia). Y esto para mí es el derrumbe total.
Cuando murio Monzon no fue velado en la Casa de Gobierno. Diego si. Nuestro Campeón por femicida. Diego era pedofilo, entre otras cosas que ahora salen a la luz.
Los argentinos tenemos muchas virtudes, pero cargamos con miserias. Somos soberbios. No cumplimos con las normas. No nos escuchamos y cada uno cree que tiene la verdad absoluta. Vivimos en grietas y no sólo políticas.
Éste caso de Maradona debemos aprovecharlo para cuestionarnos. Creo que estaremos en el camino correcto si nos apartamos “del vaso medio lleno”. También tenemos que darle a cada ilícito el valor real. La gravedad que tienen. Ponerse en el lugar de los padres con hijo/as menores.
Les juro que “me desangro” al escribir ésta columna. Como nos dijo Sacheri en su cuento “Pido Disculpas”, yo también estoy en deuda con vos Diego…pero sólo por lo que hiciste dentro de un campo de juego. Afuera de la cancha que Dios ayude a la memoria de tu imagen.
