Objetivo incumplido para ambos conjuntos santafesinos, sin posibilidades de aspirar a entrar en copas de cara a la temporada 2023. Con el fin del torneo será hora de parar la pelota y replantear conceptos de cara a la reanudación después del mundial de Qatar.
Temporada llena de irregularidades para los combinados de nuestra ciudad, en un extremo de mayor a menor fueron transcurriendo los hechos que hoy encuentra tanto a Tatengues como Sabaleros en un costado intrascendente en las definiciones del torneo.
Las aspiraciones se fueron disipando de a una a lo largo del año. Colón tuvo cuatro ciclos en el banco de suplentes, comenzando por Julio César Falcioni, luego con la errática contratación de Sergio Rondina, el intento fallido en el interinato de Adrián Marini y por último, el comienzo de Marcelo Saralegui sobre el fin del campeonato.
La eliminación de la Copa Libertadores y el tropiezo por Copa Argentina dejaron expuesto a un Sabalero que no había tenido un buen comienzo de torneo local. La salida de varios jugadores claves dentro del equipo y la renovación en las líneas no permitieron la recuperación, subrayando un mal momento que terminaría en el peor torneo rojinegro en los últimos años.
Por el lado de Unión, las cosas comenzaban muy bien, teniendo un papel protagonista en todos los torneos que estaba disputando. Pero como si de un jenga se tratase, solo bastó con un mal movimiento para que todo se empiece a derrumbar dentro de los objetivos.
El doble topetazo que recibio el Tate en una semana lo plachó animicamente, las eliminaciones por Copa Sudamericana ante Nacional y también por Copa Argentina frente a Banfield. Esto afectó en el torneo local a un equipo que se encontraban entre los más goleadores dentro del primer tramo, pero el auto se paró y no hubo rueda de auxilio que valga para recuperarse.
El ciclo de Gustavo Munúa durante este 2022 fue ilusionante, pero terminó perdiendo el control de un barco que a esta hora no encuentra el rumbo.
Lo dicho, ambos conjuntos deberán replantear muchas cosas de aquí hasta el comienzo del próximo certamen. A priori sin problemas graves con el descenso, Unión y Colón no deben bajar la vara y tienen el deber de volver a meterse dentro del lote competitivo que tiene nuestro fútbol argentino.
