Después de superar una complicada tormenta, River le ganó 3-1 a Arsenal de Sarandí con un gran número de referentes y estiró su récord en el Monumental (17 triunfos consecutivos), por la cuarta fecha de la Copa Liga Profesional 2023.
El equipo de Martín Demichelis volvió al triunfo con un doblete de Miguel Borja y el aporte de Nicolás De la Cruz, tras la derrota que sufrió frente a Vélez en el Amalfitani, para acercarse a los cuatro primeros de la Zona A. Distinto quedó el panorama para la visita, que se complicó aún más en la pelea por no descender.
La tarde-noche comenzó con una cuota de suerte para River: Borja se esforzó por llegar a la pelota tras un pase largo de Santiago Simón y le salió un curioso gol con la punta del pie que sorprendió por arriba al arquero Alejandro Medina, en apenas tres minutos de juego.
Luego, el delantero colombiano fue a buscar a Demichelis para abrazarlo por quebrar una racha que incluyó 80 días sin convertir en el Monumental y/o siete partidos al hilo sin festejos.
El gol tempranero -y poco ortodoxo- le simplificó la historia al Millonario, más allá de que a esa altura todavía no se podía hablar de méritos. A Arsenal, en tanto, le faltó creatividad con la pelota y sufrió en defensa, a tal punto que cada avance local parecía que terminaba en otro cimbronazo, como el de De la Cruz.
El mediocampista uruguayo, que se había reincorporado al plantel tras la primera doble fecha de las Eliminatorias Sudamericanas, cerró una gran jugada colectiva -de 13 pases- con un potente derechazo desde larga distancia que venció la floja resistencia de Medina.
Salvo el blooper de Franco Armani que terminó con un gol de Lucas Brochero anulado por offside, River reguló un poco su marcha y se marchó a los vestuarios sin muchas complicaciones.
Arsenal salió con otra actitud en el segundo tiempo, superó la resistencia del mediocampo de River, y descontó a través del ingresado Juan Bautista Cejas, quien lanzó un centro que pareció desviarse muy levemente en Paulo Díaz frente a la tardía reacción de Armani.
De ahí en más, el Millonario cayó en un bache con problemas evidentes en la última línea y cayeron los rendimientos de Esequiel Barco, Borja y Manuel Lanzini.
El Arse, que pasó de ser un equipo inofensivo a uno con ataque y decisión, creció como equipo, atacando con insistencia por la banda defendida por Simón.
Cuando la incertidumbre se apoderaba de los hinchas de River, que entonaron el "¡Movete, River movete!", una mano de Néstor Breitenbruch en el área, observada por el VAR, salvó al Millonario. Borja, con una buena definición, lo cambió por gol para el 3-1.
En la jugada siguiente, Armani se reivindicó con la tapada mano a mano ante Lautaro Guzmán y derrumbó cualquier intento de reacción del visitante.
En los minutos finales, con un remate al travesaño de Enzo Pérez incluido, River recobró el control, pero será consciente que soportó turbulencias, generadas por falencias propias.