Pasaron situaciones difíciles de explicar en el Ducó. Es que Barracas Central le ganó un partidazo a Instituto y dio un paso enorme hacia la clasificación para los cuartos de final de la Copa de la Liga Profesional. Sin embargo, el 3-2 terminó siendo un resultado raro. Porque hay que decir por enésima vez que juega bien el equipo del uruguayo Alejandro Orfila. Más allá de que los vientos arbitrales suelen soplar a su favor y de que este domingo no mostró su mejor versión, el Guapo tiene argumentos de sobra para ser uno de los protagonistas del torneo. Pero también hay que aseverar que el marcador final fue más que injusto. Porque La Gloria, que ya no tiene chances, hizo todo, absolutamente todo, para llevarse los tres puntos. Pero tardó demasiado en encontrar la forma de vencer la resistencia de Moyano y sus rivales, implacables, acertaron casi todas las veces que apuntaron al arco defendido por Roffo.
Desde temprano avisó Instituto. Tal vez resultó premonitorio que el gol se le negara a los 7 minutos luego de una doble llegada a fondo. Primero se topó con un cierre providencial de Insua y segundos más tarde fue Russo el que se lo perdió.
Dominaba el elenco cordobés a placer. Era más profundo y ahogaba a Barracas cada vez que intentaba salir con asociaciones rápidas. Recién a los 17 tuvo una situación de riesgo el Guapo con un remate de Zalazar que manoteó Roffo.
Fue una llegada aislada. Porque Instituto insistía e insistía. Y no desequilibraba el marcador porque Suárez metió un cabezazo furibundo que se estrelló contra el travesaño luego de un centro desde la izquierda. Enseguida fue Lodico el que exigió a Moyano. Ymás tarde fue Puebla el que cabeceó solo y desviado.
Merecía más Instituto, pero el que pasó al frente fue Barracas Central. Después de un pinball en el área grade, Zalazar la empujó al fondo del arco. Protestó Instituto y supuesto empujón contra Roffo. No pareció infracción.
En la segunda parte, el partido mantuvo la dinámica. Instituto era el protagonista, pero el que sonreía era Barracas, que zafó de un cabezazo de Suárez y en la contra, luego de una linda combinación y de una mala cobertura defensiva, se encontró con un lindo gol de Brochero. Y ni qué hablar cuando Miguel Brizuela metió la pelota en su propio arco para el 3-0 parcial.
Era injusto. Porque los de Dabove buscaban y buscaban. Y empezaron a encontrar. A Suárez, por fin se le abrió el arco, para el primer descuento. Y enseguida llegó el segundo luego de un centro de Franco que se desvió en Insua.
El hijo del DT de San Lorenzo volvió a ser protagonista sobre el final con un cruce sobre Rodríguez que tuvo aroma a penal y que Lobo Medina eligió omitir. Valía, al menos, la revisión. Se fue con bronca Instituto. De hecho, Acevedo vio la roja tras el pitazo final por protestar. Y hasta hubo una pequeña gresca a la entrada del vestuario. Festeja Barracas. Los playoffs están a la vista.
