Llegaron en tres autos. En cada uno de ellos, cuatro barras. En el primero, el que encabezaba la caravana, iban Johnny, el hermano de Raulo y número dos de la barra y Alejandro M., la tercer pata de la mesa que lidera a La Pandilla de Liniers e insólitamente empleado del club. Cuando vieron que la empleada de seguridad que estaba en el ingreso no los iba a dejar pasar directamente rompieron la barrera y se mandaron adentro de la Villa Olímpica.
En las canchas del fondo estaba entrenando el primer equipo y había cobertura de prensa. Entonces se quedaron a medio camino del predio, en el lugar donde los futbolistas deben pasar para ir a los vestuarios. Y allí los fueron interceptando. No a todos. Sólo querían hablar con los referentes. Pararon a Pratto, Giannetti y Janson y Godín, cuando vio la situación, decidió sumarse para ponerle el pecho a los barras.
Mientras esto sucedía allí, la gente de seguridad dio aviso a la comisaría tercera de Ituzaingó para que se haga presente, no sólo por la rotura de la barrera sino por la posibilidad que el apriete pasara a mayores. Afortunadamente esto no sucedió: los barras (de los cuales sólo hablaron Johnny y Ale) empezaron con el reclamo de mayor compromiso, de mayor respuesta mientras en una escena surrealista los otros violentos se ponían a cantar “la camiseta de Vélez se tiene que transpirar”.
La reunión duró casi quince minutos, los futbolistas dijeron que estaban haciendo todo lo posible para sacar la situación adelante y en principio, la cosa quedó ahí. Pero se sabe que la barra de Vélez parece tener manejo total de las situaciones y se teme que si no hay resultados positivos en los próximos partidos la cosa pase a mayores, algo inadmisible salga como salga el equipo. Y antes de que lleguen los patrulleros, los miembros de La Pandilla se subieron a los tres autos y se fueron por donde llegaron. Ya ni siquiera había una barrera que pudiera detenerlos.
No es la primera vez que la barra de Vélez desde que tiene a Raulo como jefe se presenta en la Villa. De hecho la más recordada de las apretadas fue en marzo de 2021 cuando tras la derrota de local con Boca por 7 a 1 se aparecieron por el lugar de entrenamiento con el grito amenazante de “esto no les va a salir gratis”.
La impunidad del grupo se vio en todo este tiempo cuando lograron sortear hasta el derecho de admisión y estuvieron presentes en el Mundial de Qatar, donde además de tener lugar de privilegio para ver a la Selección hicieron jet ski en las aguas del golfo pérsico. Se verá ahora si hay denuncia del club y se activa otra vez un derecho de admisión que para ellos parece no existir.
Con información de TyC Sports