Ahora sí, Cristian Medina dejará de ser jugador de Boca formalmente en las próximas horas. Tras la denuncia del Xeneize por irregularidades en el pago de los 15 millones de dólares de la cláusula de rescisión y el aval legal de AFA, motivo por el cual devolvió el dinero, el jugador presentó la documentación respaldatoria para acreditar el origen de fondos y validar su salida.
Pasó el caos y todo se resolvió, como era de esperarse, dentro de las 72 horas que tenía el volante de 22 años para solucionar la situación. ¿Cómo? Abonando dicho número en las arcas del conjunto de La Ribera bajo su nombre como lo indica el reglamento de FIFA, y no mediante un tercero (Foster Gillett) como había sido -denunciado y rechazado- en primer instancia.
Claro, la novela indica que la cláusula fue ejecutada previamente desde una cuenta personal del empresario con el que Estudiantes firmó un preacuerdo millonario que aún debe ser aprobado por los socios en la asamblea extraordinaria, accionar que está prohibido por el reglamento de FIFA.
Entonces, ante la posibilidad de recaer en múltiples sanciones (económicas y deportivas) por la utilización del dinero, Boca se movió a través de su departamento de legales para la notificación de la mala transferencia y la posterior devolución del dinero.
Es que, según el artículo 18 del reglamento de la máxima entidad del deporte, ninguna persona física o empresa privada puede abordar la compra de un jugador bajo su nombre y apoderarse de sus derechos, sino que obligatoriamente debe hacerlo el propio futbolista o en su defecto el equipo que lo contrata.
Tras el pase en stand by,este jueves Medina giro el dinero de forma reglamentaria y ahora solo resta que impacte en los números de Brandsen 805 para que, una vez aprobado por el ente madre del fútbol argentino, quede en libertad y firme como refuerzo de Estudiantes de la Plata hasta mitad de año como parte del acuerdo con el grupo de Foster Gillett.
Fuente: TyC Sports
