La noche del miércoles 3 de diciembre de 1997 quedará para siempre marcada en el corazón de los hinchas de Colón. Ese día y ante uno de los grandes del fútbol argentino, el rojinegro de Santa Fe consiguió algo impensado unos años atrás: clasificar a la Copa Libertadores de América.
El sabalero ascendió en 1995 y las temporadas siguientes peleó su permanencia en Primera División. Tal fue la necesidad de sumar puntos que la campaña del equipo conducido por Francisco Ferraro en el ‘97 casi lo tuvo como campeón. Fue una pelea cabeza a cabeza con River, que finalmente salió victorioso el “Millonario”.
Ese subcampeonato le dio a Colón la chance de jugar por un lugar en la Copa Libertadores. Debía hacerlo con el mejor ubicado detrás del campeón del torneo Apertura (River) que fue Independiente.
El partido se programó una vez terminado el citado certamen en una cancha neutral, la elegida fue la del Club Atlético Lanús, en el sur del conurbano bonaerense. Hasta allí viajaron entre cinco y seis mil hinchas rojinegros y vieron cómo el equipo clasificó por primera vez a una competencia internacional.
Esa noche de miércoles, en el banco ya no estaba Ferraro pero sí otro histórico de la institución, el uruguayo Orlando Medina. Precisamente, el charrúa paró a: Leo Díaz; Ibarra, Medero, Rodríguez Peña y Unali; Saralegui, Castagno Suárez, Marini y Gordillo; Fuertes y Castillo.
Fue un encuentro parejo en el que ninguno regaló nada. El gol de Colón llegaría en el segundo tiempo tras un excelente robo de Medero, que trasladó unos 15 metros y habilitó con un exquisito pase a Fuertes para que “Bichi” deje solo frente al arco a Saralegui. El uruguayo no falló y salió a correr frente a la hinchada sabalera.
En los minutos siguientes el juego se puso más “picante” y a Independiente le expulsaron un par de jugadores. Mientras tanto, el rojinegro tuvo alguna que otra chance de ampliar la ventaja. Con la victoria consumada, el “ticket” a la Libertadores 1998 en su poder, la gente desató la fiesta en las tribunas de la “Fortaleza”.
Esa algarabía tuvo un punto más emotivo en el mítico Obelisco de la Ciudad de Buenos Aires. Claro, los hinchas volvían a Santa Fe y no quisieron perder la oportunidad de festejar donde lo hacen los equipos porteños.
Una noche redonda, mágica. Como esas que Colón tiene preparadas, cada tanto, para su hinchada. Meses más tarde finalmente llegó la Libertadores. En su primera participación en el torneo más importante del continente a nivel clubes, el rojinegro santafesino quedó entre los 8 mejores, tras superar al poderoso Olimpia y luego perder con River en los cuartos de final.