En ese enero caliente de 2019, bajo el sol santafesino que siempre derrite, la mayoría de los medios de comunicación usaban una sola palabra para definir el pase y el paso de Luis Miguel Rodríguez desde Atlético Tucumán a Colón. Esa palabrita era "bombazo", para definir el mercado de pases en Argentina. En tiempos de redes, parecía una "fake" ese audio del utilero del "Decano" que se viralizaba: "Che, acá se está despidiendo el Pulga, se lleva sus cosas y dice que se va a Santa Fe".
Ni bien pasaron los Reyes, el mismo club tucumano oficializaba el rumor: "Se llegó a un principio de acuerdo económico por los traspasos de Luis Rodríguez a Colón y Guillermo Acosta a Lanús. Al momento de concretarse la firma y los instrumentos legales se informarán los montos de las operaciones". En Colón, con casi todos de vacaciones, el silencio habitual.
A casi nada de completar tu tercera temporada con la "10″ en la espalda y con ese divorcio semestral por su exilio en La Plata, los números de quien el martes contra Defensa y Justicia llegará a los 100 partidos oficiales con la camiseta de Colón, brillan por donde se los quiera mirar.
– Tres años…tres finales: Independiente del Valle, Racing y River
– Una estrella, de su mano, la primera de la historia sabalera
– 34 años y 37 goles
– 24 asistencias de gol para otros compañeros en este ciclo de oro
– Dos (2) veces goleador con la camiseta de Colón en la Liga Profesional
– Mejor jugador de la Copa de la Liga con la sangre y luto
En cualquier otro lugar del mundo tendría estatua propia, pero en Colón (de manera increíble e inexplicable) todavía existe un porcentaje de hinchas y socios que lo cuestionan/resisten. Es decir, como decimos habitualmente, "hay gente que no lo quiere". Más allá que los amores totalitarios no existen, mucho menos en un mundo tan cambiante como es el fútbol, no quedan dudas que estamos presenciando los capítulos finales del último "10″ romántico de la historia de Colón de Santa Fe.
Desde el entorno de PR 10, donde ya no hay dudas acerca de la tremenda capacidad de conducción del rosarino Roberto San Juan, creen que el ciclo de "Pulga" se terminó el mismo día que aportó un audio clave ante los Fiscales de Delitos Complejos con la novela de la barra brava sabalera. Incluso, con el volcán en ebullición, se pensaba en un corte violento. Sin embargo, el tiempo, los resultados y Marcelo Saralegui "acomodaron los tantos". Hace algunos días, Pulga y Colón encontraron algo que no tiene precio de mercado: tranquilidad.
Con los números en la mano (finales, goles, título, asistencia, golazos para colgar de un cuadro), su hoy existiera el "Dólar Pulga" tendría una cotización inalcanzable. Si realmente esta vez no aplica el viejo y querido "una más y no jodemos más", el Cementerio de los Elefantes debiera "hablar" en estos dos partidos finales del 2022: que duelan las manos de tanto aplaudir y que se quede colorada la garganta de tanto gritar para ovacionar. Semejante historia de amor no debiera terminar en blanco y negro. No corresponde, no lo merece.
¿Qué se le objeta?: "A este tucumano le gusta demasiado la plata", escucho decir más de una vez. Me gustaría saber a quién no le gusta percibir cada día más y mejor paga por el laburo que hace. Y, puntualmente, en el mundo del fútbol profesional, los últimos que jugaron gratis eran los que comían los tallarines, tomaban vino y salían a la cancha el mismo domingo. O sea, el país del nunca jamás.
Además, de estas apuestas millonarias de Colón en entrenadores famosos y jugadores-franquicia no tengo dudas de algo: la plata de PR10 se pagó sola. El costo quedó ampliamente amortizado en la noche de San Juan, ese histórico 4 de junio de 2021. Y eso, más allá de cualquier gusto, preferencia o indiferencia, es algo totalmente indiscutible. Es dato, justo donde se muere el relato.
Luis Miguel Rodríguez, ex PR7 en Atlético Tucumán y vigente PR10 en el Mundo Colón, parece estar escribiendo los últimos capítulos de una historia futbolera que, como siempre pasa en este bendito país, será valorada y aplaudida cuando pasen los años. Alguna vez el diván explicará porqué no nos permitimos valorar las cosas cuando las tenemos en la mano. Y las extrañamos horrores cuando las perdemos y ya no están.
Si Racing y Defensa, camino a los 100 juegos con la "10″ sangre y luto en la espalda, son las dos últimas funciones en Santa Fe de Luis Miguel Rodríguez, este teatro de los sueños sureños llamado Cementero de Elefantes que un día fue realidad gracias al "Pulga" debiera venirse abajo. Lástima que se jueguen de día, alevosamente merece una gala este tucumano de Simoca, al que muchos ven con empanadas, vino en jarra y futuro político cuando cuelgue los botines en Tucumán. No hay dudas que el final será con la camiseta de Atlético. No importa cuando se lea ésto.
A la luz de los resultados en 117 años de historia en Colón de Santa Fe, el último "10″ romántico de la historia de Colón se volvió en el futbolista más influyente y en el más determinante sin discusión. No reconocerle a "Pulga" lo que hizo con la camiseta de Colón adentro de una cancha es como querer tapar el sol con la mano. Y para los que juzgan lo que pasa afuera de una cancha, vale recordar que todos somos mortales. Eso sí, cuando pasen los años, su leyenda será inmortal. Antes de Pulga y después de Pulga.
Fuente: Darío Pignata Radio Gol/El Litoral