Nada de la peor racha sin ganar en AFA para la historia rojinegra del profesionalismo en Primera División. Nada de quedar en ese doloroso último puesto en Pascuas que venía marcando la tabla de posiciones. Nada de no ganar en un reducto donde hace 18 años que no había "Sabalerazo" con aquél gol del "Torero". A lo Chino Maidana, Colón noqueó de entrada y noqueó al final, donde más duele. Como más duele. Esa pelota del uruguayo Teuten vale por todas las que no entraron en las fechas anteriores. Se canjean por los penales errados. Así, en Pascuas, hubo Domingo de Resurrección para un Colón que puso todos los huevos en La Boca y se sacó la mufa.
Colón llegaba a La Bombonera con datos fatales: único equipo del fútbol argentino sin triunfos en este campeonato en sus nueve primeras jornadas (seis empates y tres derrotas), último en la tabla de posiciones y alcanzando su peor inicio del profesionalismo (Metro 1973) sin victorias en una competencia oficial de AFA en Primera División. Pero al mismo tiempo, con el restaurador "Pipo" Gorosito invicto en cinco juegos pero con algunos asteriscos a favor: especialistas en penales errados (Conejo, Wanchope, Neris) y generador de figuras a los arqueros rivales. O sea, bien salado el campeón del Salado. Varios de esos juegos los mereció ganar, con "Pipo" en el banco, pero no hubo caso para el Negro de Santa Fe.
Del otro lado Boca, empujado por una multitud en La Bombonera, con Di Zeo en su lugar (?) y con Jorge Almirón, el impensado nuevo entrenador, acostumbrándose a los mates de Juan Román Riquelme en la zona de palcos.
De entrada, "Pipo" clavó un once con cambios en todas las líneas: Eric Meza atrás, el colombiano Baldomero Perlaza en el medio y arriba el regalo de Pascuas para "Wanchope" Ábila titular con la camiseta de Colón en La Bombonera, algo así como el patio de su vieja casa.
Y en ese patio, donde tantas veces hizo feliz a "La 12″, Ramón Darío utilizó un puñado de segundos (49 para ser más exactos) para poner el grito del silencio, con una aclaración: si no era gol…era penal. Pero fue gol sin grito de parte de "Wanchope". Se podrá hablar de un raro cabezazo de Perlaza o de cómo la peleó Pierotti, pero la realidad es que a los zagueros de Boca les faltó festejar el gol de Colón.
A partir de allí, como todo partido que se rompe con un gol al minuto (no fue el más rápido del torneo porque Barcia anotó a los 27 segundos en Barracas-Independiente), nunca se podrá saber qué cambió en la idea de uno y otro. Estaba claro que Boca lo tenía que ir a buscar y Colón esperar ordenado con esa línea de tres más dos y el doble "5″.
La reacción de Boca duró un ratito, apenas un vientito, donde Ignacio Chicco le sacó el latigazo a un Briasco que siempre juega bien un partido por año: contra Colón. Fue eso y nada más. Los dos "10″ de Boca (Oscar Romero y Ezequiel "Equi" Fernández) la tocaban lindo pero sin lastimar. Los dos de afuera (JP por izquierda y Eric Meza por derecha) se bancaban la corrida del lateral para que el dueño de casa no sorprendiera por las bandas.
De a poco, le fue encontrando el gustito Colón al partido: ganaba, esperaba ordenado y se ilusionaba con alguna contra, como la del minuto 25: linda bola de Meza cortada para Perlaza y remate ancho del colombiano.
Antes que llegaran las amarillas en el final de la etapa (primero Julián Chicco y después el paraguayo Romero), se dio la lesión del intrascendente paraguayo Arrúa y allí "Pipo" definió el 5-4-1 con el ingreso del zurdo Ibáñez. El orden de Colón, apuntalado por el madrugador gol de "Wanchope" Ábila a los 49 segundos, le ganaba a los nervios de Boca.
El complemento, en cuanto a roles, arrancó igual: Boca empujando sin ideas y Colón no sólo aguantando el 1 a 0 sin sobresaltos sino que hasta manejando más y mejor la pelota, con un Ábila vivo para aguantar y complicar. En ese primer cuarto de hora del complemento hubo un solo aviso de Boca pero Medina no logró abrir su pie y la pelota durmió en las manos de "Nacho" Chicco.
A los 20 minutos, después de una amarilla para el cafetero Perlaza de buen partido en La Bombonera, movió el tablero Mariano Herrón y mandó a los colombianos titulares a la cancha: Villa y Fabra los dos por izquierda. Sin embargo, las luces seguían encandilando a un Ramón Darío Ábila que cada pelota que tocaba era para generar algo productivo, ya sea propio o ajeno buscando a sus compañeros con pases filtrados (hubo uno perfecto para Juan Pablo Álvarez).
Diez minutos después, como no pasaba nada, el DT interino de Boca tiró otros dos ofensivos al campo: Ramírez y Orsini para "quemar naves" en La Bombonera. A la salida de esos cambios, latigazo de Oscar Romero (pase de Langoni), desvío en Facundo Garcés, "viboreo" que descoloca a "Nacho" Chicco e inesperado empate cuando no había ninguna señal de parte de un Boca sin ideas en la noche del domingo de Pascuas.
A los 35 minutos, "Pipo" intentó oxigenar con Vega por el cansado y amonestado Julián Chicco, además del uruguayo Teuten por Eric Meza para cambiarlo de lado a Juan Pablo Álvarez, otra vez de buen juego. Y al toque, para asegurar el techo con las pelotas de arriba, la torre Acevedo por un cansado Ramón Darío Ábila ("Wanchope" fue de lo mejor de Colón en La Bombonera).
Parecieron cambios para cuidar el empate, sin embargo entró la bola del uruguayo Teuten, a quien resucitó "Pipo" como a Lucas Acevedo y Colón se quedó con todo. Hubo partidos que jugó antes de mejor manera y acumuló más merecimientos. Sin embargo, hubo Domingo de Resurrección en La Boca: Colón puso muchos huevos en Pascuas y se sacó la mufa de encima con un Sabalerazo en La Bombonera. Se terminó el calvario y un Vía Crucis de diez estaciones.
Darío Pignata para Radio Gol y El Litoral