El 26 de junio de cada año no es un día más para el hincha de Colón, ese que años después protagonizó también procesiones multitudinarias a Brasil, Uruguay y la más reciente en Asunción.
Corría 1993 y quedaron cara a cara Colón y Banfield, en el inmenso estadio Chateau Carreras de Córdoba, en un partido único para definir el ascenso a Primera División.
El Sabalero llevaba 12 años militando en la B Nacional y esa jornada gris quedó grabada a fuego por los siglos de los siglos. Si bien era una oportunidad histórica de presenciar el retorno a la máxima categoría, lo que envolvió al cotejo representó una de las movilizaciones más importantes para un equipo del interior del país.
Aquella dolorosa derrota, se transformó automáticamente en una muestra de orgullo y sentido de pertenencia por parte del pueblo rojinegro que termina festejando un día que fue de desgracia deportiva. Cada 26 de junio tiene un tinte especial para los seguidores rojinegros, como también sucederá los 9 de noviembre
La definición por penales con tantos tiros malogrados frente al Taladro quedan en segundo plano, después de una exteriorización inédita para aquella época, donde no había celulares en masa, internet de banda ancha y mucho menos redes sociales.