"Eran otros tiempos, era otra la historia, no había medallas, sólo hambre de gloria…". Antes de la estrella de San Juan hubo "otro" Colón, mucho más sufrido, de laburo, de grandes historias olvidadas sin sentido. De ser pobre en la extrema pobreza de verdad. "Tiempos de Nanque, de West, una sola pelota para todas las categorías y olvidáte de ropa para entrenar", recuerda el "Tete" Alessio. Lo cierto que en medio de este Colón apurado por ganar en la Era Rondina, antes que Jorge Baliño pite este jueves a las 21.30 el inicio de Colón-Arsenal, el querido "Zurdo" Sergio Ariel Verdirame podrá pisar otra vez el Cementerio de los Elefantes para recibir calor de pueblo desde las tribunas. Mirarlo ahí abajo, en el centro del campo en el Brigadier López, es recordar que hubo "otro Colón". El Colón de los tablones, de "La Ollita", del "Patón" Aguirre, del "Gringo" Zuliani y tantos otros que están guardados en la memoria.
En tiempos de pandemia y virtualidad, el conocido historiador sabalero Diego Meloni decidió tatuarse la firma del querido "Zurdo" Verdirame, que la última vez que pisó esta hierba fue con un tal Diego Armando Maradona a su lado: un frío 3 de agosto de 2008. Antes del "10″ la pisó Pelé con el Santos; después de Diego, lo hizo Lionel Messi en la Copa América. Las tres pisadas (Pelé, Maradona, Messi), patrimonio de la humanidad futbolera en la ciudad de Garay.
Por lo que pudo averiguar Radio GOL, Colón gestionó todos los permisos oficiales en la Liga Profesional para que el "Zurdo" Sergio Ariel Verdirame tenga el tributo que se merece. En los ’90, luego de marcar un gol cada tres partidos con la sangre y luto en la "B", arrancando el conteo desde ese zurdazo de tiro libre ante Estación Quequén, dejó una de las primeras transferencias millonarias de la institución cuando se marchó del otro lado de la Cordillera para jugar en Colo Colo de Chile.
"Quiero dejar parte de la plata que me corresponde por el pase para que Colón pueda hacer una cancha para las inferiores", fue su deseo cumplido. Esa cancha auxiliar, hoy desaparecida, llevaba su nombre. Este jueves, si el frío se lo permite, mientras el "Zurdo" reciba la ovación de los cuatro costados, allá arriba en los palcos cerca de José Néstor Vignatti estará Eugenio Marcolín.
El "Bichi" Esteban Oscar Fuertes fue goleador más presencias con marca imbatible; el "Pulga" Luis Miguel Rodríguez fue el estandarte de la primera estrella el 4 de junio en San Juan. Sin embargo, Diego Meloni, historiador y recopilador sabalero, explica porqué tatuarse la firma del "Zurdo" Sergio Ariel Verdirame a modo de tributo y agradecimiento en Colón. "Para mí, el Zurdo resume el sueño de miles: nacer acá, sentir estos colores, llegar a la Primera de Colón, debutar y ese mismo día con pocos años hacer un gol. Pocos jugadores sintetizan todo éso de jugador-hincha…quizás Chupete Marini puede ser otro. Lo de Verdirame en Colón fue de película, luego lo de la venta a Chile, el dinero que le quedó al club, la cancha auxiliar y su vuelta con Mohamed para estar en el cuerpo técnico".
Radicado hace años en México, donde alcanzó la gloria eterna en Monterrey, el querido Sergio Ariel Verdirame volverá a pisar el Cementerio de los Elefantes antes de un caliente Colón-Arsenal, este jueves a las 21.30. De muy buena relación con el presidente Vignatti, siempre dispuesto "a dar una mano en lo que pueda", el "Zurdo" se llevará al palco la música más maravillosa desde los cuatro costados. Como si el reloj detenido nunca hubiera marcado las horas.
De ese otro Colón de la historia saltará el Chapulín colorado y negro mexicano. De cuando no había medallas ni estrella…sólo hambre de gloria. Si recordar es vivir, vale el trago. "Una es ninguna" dicen allá en México y aplica tanto para chelita como para Mezcal. Antes de Colón-Arsenal, el Zurdito Sergio Ariel Verdirame en el medio de la cancha, en el Cementerio de los Elefantes. Un merecido tributo para que los pibes de hoy, tan apurados por ganar, conozcan que antes hubo otro Colón.
Por Darío Pignata