Fue una noche de lamentos en el sur. De un lado y del otro. En Banfield, porque necesitaba ganar para pasar a cinco equipos en el fondo de la tabla anual, en su lucha por la permanencia. Tuvo una clarísima en el final y el arquero Medina lo frustró. Arsenal, último en el promedio del descenso, sintió que pudo haberlo ganado e hizo méritos, con acciones individuales. Pero se encontró con Facundo Cambeses, la figura del partido. El punto, en definitiva, les sirvió poco y nada.
Al conjunto de Sarandí todo le cuesta mucho, sí, pero en sus pocos ataques fue el que más chances claras tuvo. Fueron tres, dos a través de Londoño y con Cambeses como protagonista absoluto. Jugaron un primer tiempo con muchos inconvenientes para encontrar los caminos a partir del juego asociado. Sin una fluidez que les propiciara tejer circuitos, se tornaron predecibles los dos en líneas generales debido a que sus mejores hombres no tuvieron una buena noche. En Banfield apareció poco Brahian Aleman y en Arsenal, a Londoño y Guzmán les faltó poder de fuego. De ese modo, apelaron al juego aéreo y así metieron un par de cabezazos que se fueron cerca.
Banfield empujó con todo en el ST, aunque siguió sin imaginación cuando se acercaba al área. Muchas imprecisiones le quitaron la chance de llevarle peligro real a Medina. No hubo sucesiones de pases largas en ninguno de los dos equipos. Siempre que algún jugador presionaba provocaba el error rival. Y así, a esa lucha nade le agregó una cuota de fútbol. El Taladro manejó algo más el balón en la etapa inicial y desde su postura mostró iniciativa. No obstante, fue una actuación anémica en gestación y casi no lastimó con maniobras individuales. Siempre dio la sensación de que sólo algún error defensivo de cualquiera de los dos podía abrir el marcador.
Arsenal no necesitó manejar mucho la pelota para fabricar situaciones nítidas. Fue más directo a espacio y profundo. Banfield llegará al clásico con Lanús tras una imagen pobre.