Por Ricardo Porta.
Partió hoy un hombre que le aplicó un cachetazo a los "resultadistas", que en materia deportiva sólo valoran el primer puesto y Carlos Alberto Reutemann fue un campeón sin corona.
Recuerdo que muchos argentinos sostenían "sí, es bueno, pero sale siempre segundo". Recuerdo que pasaba lo mismo con otra campeona: Gabriela Sabatini. Nunca llegó a ser la número 1 al final de una temporada.
Cuando Argentina jugó en Duseldorf, Alemania, cerrando la gira de tres partidos preparatorios para el Mundial de Mexico ’86, los periodistas fuimos invitados por el dueño de un restaurante argentino en Colonia: el popular Gaucho Santillan.
Néstor Ibarra, el Tano Fazzini, Fernando Niembro, Víctor Hugo Morales y yo estábamos degustando las exquisiteces de la casa y en un momento de la charla, el estupendo relator uruguayo, dirigiéndose al Tano Fazzini, que para ésa época cubría en directo para La Razón, todas las competencias de formula uno: "Tanito", ¿porqué el "Lole" tiene fama de cagon?.
No olvidaré jamás la reacción de Fazzini: soltando los cubiertos, lo miró fijamente (lo tenía al lado) y dijo: "Porqué no le decís a alguno de ésos imbéciles si se animan a subirse a un monoposto y correr a 300 km por hora?. Reutemann es el mejor testeador que tiene la formula uno. Nunca rompió un auto".
Pero más allá de éso fue un santafesino embajador.
Ni después del "Lole" ningún argentino hizo historia en la fórmula uno, ni después de Gabriela Sabatini, tampoco ninguna argentina marcó, como ella, hitos en el más alto nivel del tenis femenino.
Vola alto Lole.