Por estos días, un total de 669 motos que estaban depositadas en el corralón municipal son compactadas. Para ello, se lleva a cabo un gran operativo. Primero se verificaron cada una de las motos a compactar, luego se les retiró, una por una, el aceite, combustibles, baterías, y otros líquidos contaminantes. Y finalmente serán compactadas y trasladadas como chatarra a Rosario.
Cada una de estas 669 motos habían sido retenidas por la Municipalidad por haber estado en infracción, durante operativos de tránsito realizados tanto por inspectores y por la Policía, con anterioridad al 31 de diciembre de 2023.
Las infracciones cometidas van desde conducir sin la documentación obligatoria, el mal estado de las motos, como la falta de patente o partes, la no utilización del casco o la falta de respeto de las normas de tránsito, como por ejemplo cruzar una bocacalle con el semáforo en rojo. Y las estadísticas demuestran que las motos encabezan el ranking de accidentes viales. A lo que se le suma que muchos no llevaban casco. La consecuencia es en un alto índice fatal, o terminan con secuelas de por vida.
Para intentar contrarrestar esta realidad, la Municipalidad firmó un convenio con la Provincia a través del cual la policía puede ahora retener motos en infracción en sus operativos. Otra de las acciones de prevención de accidentes fue la llevada a cabo la semana pasada junto a la Agencia Provincial de Seguridad Vial, en la que brindaron un taller de conducción de motos en la pista ubicada en el Parque Garay y les regalaron un casco a cada uno de los participantes.
Al corralón
Lo cierto es que los motociclistas son muchas veces los protagonistas de los accidentes e infracciones que ocurren en Santa Fe. Y estas 669 motos retenidas nunca fueron reclamadas por sus propietarios, quienes tampoco pagaron las multas. En consecuencia, quedaron depositadas en el corralón. Debido a la gran cantidad de motos que están en la misma situación, el depósito de vehículos de la administración municipal se encontraba con su capacidad colmada, lo cual no solo genera acumulación de fluidos, sino también contaminación del suelo.
Así las cosas, amparado en las disposiciones establecidas en la Ley Provincial N°11.856, a través de Resolución Nº 55/24, el Municipio decidió la compactación de las 669 motos. El lunes 12 de agosto se inició el proceso que terminará este viernes 23 con el traslado a Rosario y la disposición final.
Recuperadas
Previo a ello, la Municipalidad difundió en El Litoral, la web municipal y el Boletín, la lista completa de las 669 motos a compactar. Fue para darle la oportunidad a cada uno de sus dueños de pagar las multas y recuperar sus motos que, de no ocurrir así, tienen destino final en la compactación.
-¿Apareció algún propietario a “rescatar” su moto de la compactación?– consultó El Litoral al director de Tránsito, Daniel Minetti.
-Sí, en esta oportunidad hubo dos propietarios que advertidos de que sus motos iban a compactación iniciaron un procedimiento administrativo, a través de un expediente en el que le solicitaron a la Municipalidad el apartamiento de sus motos del operativo, porque están regularizando la documentación pertinente para luego pagar las multas y poder retirarlas del depósito.
-¿Cómo es el proceso de compactación?
-Luego del trámite administrativo, la compactación en sí se inició el lunes 12 con un proceso de descontaminación de cada una de las motos. El mismo consiste en el retiro de todos los fluidos líquidos como el aceite, combustible y demás, para evitar la contaminación del ambiente, y continúa con el posterior desarme. Todas estas tareas las realiza el personal municipal.
A Rosario
Luego se realizará la segunda etapa, a cargo de la empresa JIT SA -una empresa rosarina con más de 50 años en el rubro de provisión de chatarra ferrosa a la industria siderúrgica-, que “viene al depósito con camiones y prensas compactadoras, realizan la compactación, cargan la chatarra y la trasladan a la ciudad del sur provincial para su disposición final”, dijo Minetti.
En esta segunda parte del operativo, las motos se introducen en un cajón ecológico de compactación mediante la utilización de grúas, pulpos y palas de manipulación. Lo que sale del mismo es un “paquete de chatarra prensada”, en condiciones de ser cargado en los camiones y remolques especialmente acondicionados para su traslado al destino final, o sea, insumo para la acería de fundición.
Esta empresa trabaja desde hace años con municipalidades, gobiernos provinciales y el Estado Nacional, en la compactación de vehículos retenidos.
-¿Las partes, como ruedas, asientos, manubrios, etc, se recuperan para ser reutilizados? -consultó El Litoral a Minetti.
-No. Todo se traslada compactado a Rosario.
Segundo operativo
Cabe mencionar que esta es la segunda compactación de motos realizada por la Municipalidad de Santa Fe en lo que va del año. La primera fue en junio y se compactaron 232 motos y 9 autos.
La capacidad actual del depósito de vehículos retenidos por la Municipalidad “es de unas 2 mil motos”, dijo Minetti. Hasta la semana pasada estaba casi lleno. Con esta compactación de 669 motos se logró generar nuevo espacio para trasladar más motos retenidas.
“Desde que asumió el doctor Poletti se vienen intensificando los controles diarios en la vía pública, por ende no se va a generar un gran espacio en el depósito, porque a diario ingresan por distintas infracciones entre 50 y 60 motos”, dijo el director de Tránsito.
Más espacio
La mayoría de estas motos son recuperadas luego por sus propietarios. Pero, al mismo tiempo, se va generando un remanente de motos que no son reclamadas, las que finalmente terminan compactadas. Es decir que “desocupamos espacio, queda un lugar y se vuelve a llenar con las nuevas motos que ingresan todo el tiempo”.
-Por lo que usted menciona, ¿se realizarán nuevas compactaciones antes de fin de año?
-Sí, seguramente. Una más, seguro, si no se llegan a hacer dos, porque al tener más espacio ahora comenzaremos a retirar los vehículos abandonados en la vía pública, los que muchos de ellos seguramente terminarán luego en la compactación -finalizó Minetti.
Fuente: Nicolás Loyarte para El Litoral