San Lorenzo obró el milagro. Necesitaba golear y esperar una victoria de Fortaleza en Chile, ante Palestino, y ambas cosas ocurrieron. El Ciclón se impuso con claridad por 4 a 1 frente a Estudiantes de Mérida y los brasileños se alzaron con el triunfo por 2 a 1 en Rancagua.
La noche comenzó torcida para el equipo de Rubén Darío Insúa. En el amanecer del partido, a los 3 minutos, llegó la sorpresiva apertura del marcador para los venezolanos. Marcel Guaramato mandó un pelotazo al área y un error de Agustín Giay le permitió a Luis Arenas empujarla al gol.
En el cierre del primer tiempo y después de mucho insistir, San Lorenzo tuvo su premio: le cometieron penal a Giay que Adam Bareiro cambió por gol con un fuerte derechazo cruzado al palo derecho del arquero. Antes de la ejecución hubo una curiosa situación en la que el arquero del Ciclón, Augusto Batalla, cruzó todo el campo para indicarle al paraguayo que lo pateara él, cuando el encargado iba a ser Federico Gattoni.
En la segunda parte, más que Ciclón, fue una Tromba para llevarse puesto al visitante. A los 10′, Bareiro marcó su segundo tanto con un soberbio frentazo tras un corner desde la izquierda.
A los 24′, un tremendo derechazo de Malcom Braida, desde 40 metros, puso el 3 a 1 y dejó a San Lorenzo al borde de la hazaña, lo que se cristalizó con el golazo de Nahuel Barrios a los 31′, que trepó por la izquierda, ingresó al área y cruzó un zurdazo que venció la resistencia del arquero Beycker Velázquez.
Las noticias que llegaron desde Chile eran las esperadas y con la caída de Palestino, el conjunto de Boedo obró un nuevo milagro que le permitió seguir con su ilusión intacta en la Sudamericana, en la que ya se instaló en octavos de final.