Juan Martín Del Potro jugó su último partido el 8 de febrero de 2022, poco más de un año atrás, cuando cayó con su amigo Federico Delbonis en la primera ronda del ATP de Buenos Aires, durante el que recibió una ovación a la altura de su figura.
En aquel momento comunicó que pondría una pausa en su carrera, al menos hasta que pudiera solucionar los problemas en su rodilla derecha que le trajeron dolores incluso en la vida cotidiana. En aquel momento decidió no utilizar nunca la palabra "retiro".
Este viernes, en presencia de El Gráfico, el tandilense profundizó sobre su presente: “No tengo mi etapa en el tenis cien por cien cerrada, con llave y candado. En algunos momentos del día me siento un tenista activo. No veo videos como puede hacer un tenista retirado. En mis redes sociales todavía dice ‘tennis player’. Y lo quiero mantener. Es muy difícil el día después y, en mi caso, yo me estoy preparando ahora. La vida me puso esto en el camino y no pude hacer un proceso como anunció Nadal, por ejemplo, que anunció que la próxima va a ser su última temporada. Ya puede pensar dónde va a vivir y otro tipo de cosas. Yo era el número tres del mundo, me caí, me rompí la rodilla y todavía estoy consultando con médicos para ver cómo puedo curarme. No hice el proceso como cualquier tenista normal: me siento un deportista activo”.
La próxima semana Del Potro volverá a las canchas: lo hará en el Torneo Internacional de Maestros de Tenis de Hangzhou 2023, una exhibición que se desarrollará del 22 al 25 de junio en China y contará con tenistas de la talla de Marat Safin, Carlos Moya y David Ferrer.
Pero tiene un deseo mayor: quiere despedirse en el torneo de su vida, el Abierto de Estados Unidos, el mismo que ganó en 2009, con apenas 20 años, luego de derrotar a Rafael Nadal en las semifinales y a Roger Federer en la final.
“Con el US Open tengo un deseo interno y personal que es pisar la cancha por última vez, hacer un juego digno y coronar como me gustaría. Mi salud y mi físico me mandan mensajes que no son compatibles con ese deseo. Pero todos los días me levanto para poder satisfacer mi deseo. Si en un mes el cuerpo me dice que no puedo hacerlo, que elija otra forma de cerrar mi carrera, voy a escucharlo y a respetarlo. En este proceso de mi última vez no escucho a nadie que me diga que no lo haga. Por más que venga un médico y me diga que es una locura, yo todos los días me levanto, hago kinesiólogo, la dieta, el remedio, el entrenamiento, el masaje. Y lo voy a hacer hasta que tenga que hacer un anuncio”, contó, en el marco de un evento de DHL Express.
Fue número tres del mundo, ganó el US Open, conquistó 22 títulos de nivel ATP, se colgó dos medallas olímpicas y levantó la Copa Davis. Todos sus logros contrastan con el cúmulo de lesiones que sufrió durante su carrera. Pasó ocho veces por el quirófano: una por la muñeca derecha, tres por la mano izquierda y las últimas cuatro por la fractura de rótula derecha que padeció en octubre de 2018, en Shanghai, un problema que todavía lo aqueja hasta el día de hoy.
La dualidad es parte de su vida: “Convivo con dos sensaciones. Tengo bronca, siento fastidio y me pregunto por qué. Y después me pasa al revés y pienso: ‘¿por qué no a mí?’. Yo soy común y corriente: hay muchos otros deportistas que sufren. Alcaraz quedó todo acalambrado y tiene 20 años; yo con 20 años le gané la final del US Open a Federer. Cuando me tocaba lidiar con algo extra tenístico lo tomaba como un desafío personal. Nunca sentí que tenía un problema para ganarles a los mejores: mi problema era curarme de la muñeca. Si me duele para pegar el revés con top… ok, juego con slice, no uso la mano. Mi rival más difícil fue mi cuerpo. Yo no tenía miedo de jugar contra los mejores”.
Del Potro, de 34 años, ya empezó a mirar el camino por otro lado alejado del tenis profesional, pero el sueño de pisar una cancha por última vez en el US Open no responde a cualquier capricho. “Lo que yo siempre soñé fue ganar el US Open. Tenía diez años y hay videos míos en los que decía que quería ganar el US Open. No sé por qué pero era el torneo que más me gustaba. Pero soñar es muy difícil; en el tenis de mil que intentan llega uno solo. Y el Grand Slam que gané fue el US Open. La primera vez que fui tenía 16 años, jugué juniors y perdí 6-0 y 6-0 con Andy Murray”, sentenció.
