Tras una semana de extrema agitación en materia económica y financiera, el Ministerio de Economía apuesta a mantener la contención del dólar apurando los tiempos para lograr auxilio del Fondo Monetario Internacional, y a través de un acuerdo de precios y salarios entre empresarios y sindicatos.
Luego de la escalada que llevó la divisa estadounidense al filo de los 500 pesos en el mercado informal, Sergio Massa se concentra en tratar de tranquilizar a los mercados, fundamentalmente a través de esas dos estrategias.
Desde el Palacio de Hacienda piden al FMI adelantar parte de los fondos que el organismo internacional tiene previsto en el acuerdo en lo que resta del año, alrededor de unos US$ 10.600 millones.
Desde el martes pasado, Massa empezó a intervenir en los dólares financieros, el MEP y el contado con liqui. Lo hizo con una estrategia que no coincide con los mandatos del FMI, que es la de usar reservas para contener el tipo de cambio, pero para la que el funcionario logró una admisión por parte del organismo.
"La volatilidad política y la especulación de cuatro vivos no pondrá en riesgo el nivel de actividad y la ocupación", le dijo el propio Massa a Infobae, y añadió que esa modalidad para contener el dólar seguirá mientras él esté en el cargo.
Qué dice el acuerdo
El programa firmado por la Argentina con el FMI prevé que el organismo desembolse unos US$ 10.600 millones en lo que resta del año, a cambio del cumplimiento de metas de acumulación de reservas y, sobre todo, de reducción del déficit fiscal.
El Gobierno argentino le pide anticipar parte de esos fondos, con el argumento de que el impacto de la sequía fue muy superior al esperado y pegó más duro de lo proyectado sobre la recaudación impositiva.
El equipo económico de Sergio Massa le explica a los técnicos del Fondo Monetario cómo se derrumbó el ingreso por el impuesto a las exportaciones del agro, y cómo eso se transfirió a una caída de reservas brutas que están punto de quebrar el piso de los US$ 36.000 millones.
La feroz suba de tasas definida en la semana, con un interés del 91% anual, es la primera prueba que Massa le da al Fondo de que está dispuesto a aplicar la ortodoxia aún a riesgo de una caída del Producto Bruto.
La segunda prueba que pediría el organismo es acelerar con el ritmo de devaluación de la moneda, convencidos sus técnicos de que hay un retraso cambiario en la Argentina.
El problema para el Gobierno es que la depreciación del peso juega en contra del objetivo de tener alguna capacidad de competir electoralmente este año.
Con una inflación ya jugada para abril -las consultoras la ubican por encima del 8%- la pretensión de Massa es que los precios comiencen a desacelerar en mayo. Por ahora, las cuentas que hace están vinculadas con despejar el conflictivo frente del dólar durante mayo, y sacar al blue de la discusión diaria de los argentinos.
El frente salarial
Pero a Massa se le abre otro frente, que explica la reunión mantenida con las cúpulas de la CGT y de los movimientos sociales.
Es que en la carrera por la indexación, los gremios aceleran el pedido de actualización trimestral y de sumas fijas para compensar la fuerte caída del poder de compra de los salarios.
Ya hay varias paritarias que se están reabriendo, ya habrá muchas más en las próximas semanas. El 60% de inflación proyectado por Massa para este año se observa cada vez más incumplible a medida que avanza el año.
Fuente: El Litoral