La realidad de hoy lo muestran más sólo que nunca antes. Con una CD quebrada, con la deuda de una Asamblea para la aprobación del polémico Balance, con 12 imputaciones de la Justicia (aunque él se encargó de denominarlas “berretadas jurídicas”, de no controlar la intimidad del grupo de wassapp de la mesa chica, de ser el único en respaldar a un fracasado DT, de haber destituido a la Secretaria Técnica respaldando a Munua y su representante, de haber cometido el inexplicable error (sin comunicar los motivos a los socios) de demorar la firma del contrato del oriental hasta después del clásico y pedirle que se fuera 14 días después (derrota ante San Lorenzo). De tampoco dar a conocer lo que pasaba con Mele y la posibilidad de no integrarse por la deuda con el Plaza Colonia, con la sanción por esa deuda de FIFA y su inexplicable naturalización (“no nos preocupa total el problema lo tendremos en junio cuando se abra el próximo libro de pases”). Ignorando que dicha sanción perjudicaba a jugadores/as del Club.Todo esto sumado a que aún no puede encontrar documentación respaldatoria de lo que dijo él a éste periodista en los primeros días de enero de hace 4 años: “Unión debe a mí y mi familia cinco millones y medio de dólares (que la puso, sí, la puso), pero además de serlo hay que parecerlo. No explicó nunca dónde reinvirtió el dinero ingresado por ventas.
Su soberbia y falta de autocrítica hizo que llegue, junto a los que “lo acompañan al cementerio” a ésta situación sin retorno. Sus Vice y el resto de su CD, insisto lo están acompañando a éste trágico destino: Leonardo Romero, Fabián Brasca, Raúl Pérez del Viso, Andrés Monsalvo, Jorge Ciceri, Edgardo Zin, José Cardonet, Nicolas Rucci, Marcelo Piazza, Guillermo Juri y Fabio Guiudici, entre otros, son los cómplices de sus políticas equivocadas y todo por practicar el “SI LUIS”.
Que Dios se apiade de los que siempre llevan en sus corazones la pasión por Unión.
Ricardo Porta.