Tras la protesta del viernes frente a Casa de Gobierno de un grupo de penitenciarios para reclamar mejores condiciones laborales, representantes del sector y su abogado serán recibidos el miércoles por el ministro de Seguridad, Claudio Brilloni. La concentración de trabajadores carcelarios se produjo después de que un agente de 26 años se suicidara con su arma reglamentaria en la garita de la cárcel de Piñero. La mayoría de los agentes que reclamaron en la plaza 25 de Mayo trabajan en ese penal; ese establecimiento, de hecho, es uno de los que aloja a los presos de alto perfil de la provincia.
Entre los planteos, los agentes mencionaron los bajos ingresos que perciben y la incidencia negativa en el método de liquidar el presentismo. Del mismo modo, hablaron de la sobrecarga horaria y en consecuencia, del inadecuado descanso. Finalmente, denunciaron las malas condiciones en la alimentación que reciben. Tras un par de horas de protesta, se acercó y conversó con los manifestantes el director del Servicio Penitenciario, Gabriel Leegstra.
Diálogo
Tras dejar la plaza, Leegstra recibió en su despacho a un grupo de agentes y al asesor letrado. Les aclaró que los canales de comunicación estaban abiertos, pero que la queja debía plantearse por los carriles formales puesto que ni penitenciarios ni agentes policiales tienen permitido protagonizar movilizaciones públicas. Se convino, aun así, constituir una mesa de trabajo que tendrá hasta fines de mes para analizar la problemática e intentará dar respuesta a los puntos planteados. El 29 de marzo se volverán a reunir para verificar los supuestos avances. Pero antes, este miércoles, referentes del sector serán recibidos por el ministro Brilloni y por el secretario de Asuntos Penitenciarios, Walter Gálvez.
Respecto del tema salarial, todos los funcionarios reconocen que tanto penitenciarios como policías están mal pagos. En cuanto a la sobrecarga horaria – los agentes trabajan 48 horas por 24 de descanso-, Leegstra admitió que si bien se produjeron ingresos de nuevos agentes meses atrás para descomprimir la situación, el aumento constante de la población carcelaria hace que también se incremente la demanda de personal. De allí deriva la sobrecarga horaria. De todos modos, mencionó que esperan para junio el egreso e incorporación de 270 nuevos penitenciarios.
El año 2022, de hecho, cerró con 9.350 personas privadas de la libertad en prisiones y sedes policiales. Según publica del Observatorio de Seguridad Pública, es el número más alto que se haya registrado en la provincia, y es exactamente el doble de los internos que se alojaban en la provincia en el año 2012; ello representa prácticamente un incremento del 150%.
Fuente: El Litoral