No es fácil volver a hablar del Covid-19, pero es necesario. Porque con las aperturas totales de las actividades, mucha gente perdió la percepción del riesgo respecto de un virus con el que, lamentablemente, hay que convivir. En la provincia de Santa Fe se registró un fuerte salto de los contagios de SARS-CoV-2 durante diciembre: en la primera semana eran 88 los infectados notificados, luego se saltó a 388 y en la última semana de este mes, ese número trepó a unas 4.900 personas infectadas confirmadas.
Esta suerte de "nueva ola", aunque en rigor no se compara a la de la variante Ómicron -que impactó de lleno durante fines de 2021 y enero de 2022-, sí amerita ser vigilada en términos epidemiológicos, más aún si se tiene en cuenta que las reuniones sociales se multiplicaron (el virus va de de persona a persona y la transmisión es por vía aérea, vale recordar), y que ya llegan la fiesta de Fin de Año y las vacaciones.
Es momento, con todo, de retomar los cuidados sanitarios (higiene de manos, uso del barbijo en centros de salud y transporte público, de volver a ventilar los espacios cerrados y, fundamentalmente, de completar las dosis de refuerzo adeudadas. La inmunidad "artificial" de las vacunas disponibles dura entre cuatro y seis meses. Y ahora se descentralizaron los vacunatorios, con lo cual es muy fácil acercarse y solicitar la inoculación de forma gratuita.
"Estamos viendo el reflejo a nivel mundial, con olas de contagios en países como Estados Unidos y China. Era predecible; en noviembre no teníamos tantos contagios, pero ya en diciembre vimos una duplicación de infecciones semana tras semana en la provincia", pone en contexto el Dr. Jorge Prieto, secretario de Salud de la cartera sanitaria santafesina.
Y lo que pasa en la bota santafesina tiene estrecha relación con lo que ocurre a nivel nacional: "En la Argentina hay un 221% de incremento de casos; en la provincia, ese número es de 121%", dice el funcionario. Como agravante, Santa Fe vuelve a registrar fallecidos -cinco en lo que va del año, dentro de un rango desde los 45 hasta los 80- y personas internadas: hay a la fecha siete pacientes en terapia (algunos con asistencia respiratoria) y otros 20 en sala general. Casi todas estas personas tienen comorbilidades y cobertura de refuerzos incompleta.
Todo esto implica que "estamos ante una variante del virus que tiene una alta contagiosidad, sumado a la elevada movilización de las personas y una sociabilización en alza, fundamentalmente en el rango etario de los 20 a los 40 años, que es la masa social que más se mueve, que toma el transporte público… Ello hace que tengamos que tener conciencia de que la pandemia no terminó, y que el virus llegó para quedarse", subraya el médico.
No obstante, y ante el incremento de casos, "el escenario epidemiológico hoy es totalmente distinto a lo que ocurrió con la tercera ola de Ómicron, allá por diciembre de 2021 y enero de 2022″, asevera Prieto. Y sí: aquella época fue muy dura
Con información de El Litoral
